El Festival de Música de Coachella es el encargado de dar el pistoletazo de salida a la temporada de conciertos veraniegos en California. Pero la mayor sensación de la edición de este año no se encontraba en el escenario, sino entre el público. Los organizadores sorprendieron a los asistentes con la aparición de Escape Velocity, un astronauta gigante que les daba la bienvenida y que incluso se desplazaba por el recinto moviendo las manos y permitiendo a los asistentes proyectar su cara en la visera del casco. Se trataba de la nueva creación de Tyler Hanson, un reconocido artista de San Francisco, construida por Poetic Kinetics.
EL DATO: 11 metros de alto por 17 de ancho medía (con los brazos abiertos) la figura del cosmonauta. Para moverla, su diseñador había camuflado una grúa en su interior.
Redacción QUO
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