En el año 2012, la investigadora de la Universidad de Columbia Karen King descubrió un papiro escrito en copto que provocó una gran polémica. El pergamino estaba en muy mal estado de conservación, y solo podían leerse unos pocos fragmentos. Precisamente, en uno de ellos se mencionaba como un tal Jesús presentaba a su esposa. Comenzó entonces un debate sobre la autenticidad del controvertido documento.

Pues bien, unas pruebas realizadas en la Universidad de Harvard parecen inclinar la balanza hacia el lado de quienes defienden su autenticidad. Porque, según esos análisis, la antiguedad del documento podría situarse entre los siglos VI y IX de nuestra era. Además, las pruebas realizadas a la tinta con la que fue escrito, indican que pudo haber sido fabricada en esa misma época. De momento, las resultados de esas pruebas aún no se han publicado, y los técnicos que las han realizado no quieren avanzar más detalles por el momento.

Con todo, aunque finalmente se confirmase la autenticidad del papiro, tal y cómo especifica la autora del descubrimiento, Karen King, eso no significa decir que lo que se diga en dicho texto sea cierto. Ni siquiera está claro que el Jesús al que alude el documento sea el mismo al que se refieren los Evangelios, aunque la doctora King si lo cree así (aunque aclara que es solo una intuición que no puede con firmar con datos).

De todas formas, este avance sobre el resultado de los análisis no ha convencido a la mayoría de los investigadores, que guardan cautela hasta que se publique un estudio más detallado. Eso sí, quienes estaban convencidos de que el documento era un fraude, siguen teniendo serias sospechas. ¿Cuales? La principal de ellas se debe al hecho de que el papiro llegó a manos de Karen King a través de un donante anónimo, y en el mundo de la arqueología el anonimato se suele considerar una señal muy sospechosa de que algo no va bien. Además, otros documentos similares facilitados por ese misterioso personaje, han sido calificados de forma rotunda como fraudulentos.

Redacción QUO