Muchas expresiones artísticas reflejan los temores, ansiedades y deseos de sus tiempos. En 1938, cuando la carrera espacial comenzaba, la exploración del cosmos suscitaba a la par miedos y esperanza. Reflejo de este es que ese año se estrenara La Guerra de los Mundos, como radionovela (extraterrestres malos) y saliera a la venta el primer número de. comic Superman (alienígenas buenos). Algo similar ocurre con Godzilla, un dinosaurio que sufre los efectos de los ensayos atómicos y muta hacia una bestia violenta. Su creador es el productor japonés Tomoyuki Tanaka, quien gestó la idea mientras volaba a través del Océano Pacífico.
La película se estrenó en noviembre de 1954, pocos meses después que un pesquero japonés se adentrara en la zona de las islas Marshall, donde Estados Unidos estaba realizando un ensayo atómico. La tripulación recibió enormes cantidades de radiación y uno de ellos murió. Pero no acaba todo ahí. Algunos de los atunes irradiados llegaron al mercado japonés y la prensa local tituló el evento como «el último bombardeo atómico de Japón,» en relación a los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki de 1945.
La película fue un éxito. Por varios motivos. De acuerdo con William Tsutsui, profesor de historia del Hendrix College de Arkansas y autor de Godzilla En Mi Mente: 50 años del Rey de los Monstruos: “probablemente se deba a que Godzilla nos recuerda el atractivo que ejercían en nuestra infancia los dinosaurios. De hecho en la película, un científico habla de Godzilla como una criatura de transición «en algún lugar entre los reptiles marinos y los animales terrestres en evolución».
El profesor realizó una conferencia sobre Gozilla en la Sociedadde Paleontología de Vertebrados. Allí explicó otro de los motivos del éxito. “La película original fue grave y sombría – explicó Tsutsui –. Estaba llena de una crítica implícita de los Estados Unidos y las pruebas nucleares sin restricciones. Muchos cinéfilos japoneses abandonaron el teatro en las lágrimas, pero también les resultó un acto catártico y terapéutico. La película reescribió el final de la guerra: en lugar de usar un arma secreta para destruir Japón, los científicos de la película se unen para salvar a Tokio”.
Sin embargo, Tanaka y otros creadores de Godzilla aseguran que tenían una visión diferente. “Godzilla representa las almas de los soldados japoneses muertos durante la guerra – explica Tsutsui –. El anhelo de volver a casa y ser reconocido por una nación que parecía con ganas de olvidar”. El productor Tanaka llamaba al personaje de la película Gojira, – un apodo que combina Gorira (gorila) y Kujira (ballena). Los estadounidenses simplemente lo llamaron «Godzilla».
Godzilla también ha fascinado a los , tanto como para que Ken Carpenter, director del área paleontología de la Universidad de Utah, bautizara a un nuevo género de dinosaurios bípedos Gojirasaurus.
«Godzilla es el tipo indignante que rompe todas las reglas y sale con la suya, el desastre andante que deja un rastro de devastación detrás de él – concluye Tsutsui –. Inspira no sólo el miedo y el odio, sino también la admiración, asombro y un cosquilleo extraño de placer.»

Juan Scaliter