Cuando alguien trata de estafar (caso extremo de codicia), lo hace de un modo mucho más racional, “aconsejado” más por las probabilidades de ser cazado que por la pena concreta a la que se enfrente. Es algo que otro Nobel del ramo, Gary S. Baker (1992), describió con detalle. En vez de tomar al criminal como un ser irracional (fuera de las reglas del sistema), pensó que más bien hay que estudiar su comportamiento como el de alguien racional que actúa en condiciones de incertidumbre. Todo un hallazgo, porque ayuda a entender ciertos movimientos financieros extraños.
Redacción QUO
Consumir cannabis puede provocar cambios en el epigenoma del cuerpo humano, según sugiere un estudio…
Las pruebas sugieren que los grandes felinos extintos con dientes de sable conservaban a sus…
La falta de datos de la industria química en la UE impide a menudo evaluar…
El cambio climático podría convertirse en el principal causante del declive de la biodiversidad a…
La vitamina D altera las bacterias intestinales de los ratones y como resultado mejora su…
Los científicos confirman la composición del núcleo interno de la luna, que consiste en una…