En la Edad Media, los mercaderes árabes usaban huesos de melocotón como anticonceptivo para los camellos. Si bien esta práctica pretendía impedir la preñez (engorrosa durante las caravanas), no evitaba que los camélidos se contagiaran de virus y bacilos propios de sus costumbres sexuales. Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son infecciones que se adquieren por tener relaciones con alguien (sea camello o toro) que esté infectado. Los causantes son bacterias, parásitos y virus que viven a costa del contubernio carnal: buscan un medio adecuado para multiplicarse, un huésped. Pero sin matarlo, para seguir viviendo de él. Quien más sabe de estas dolencias en animales es el doctor Rodríguez Zazo. Realizó un exhaustivo estudio evaluando las ETS que afectan a animales, a humanos, y aquellas que compartimos. De los resultados se deduce que la especie humana es la más afectada; solo el 5,5% de los agentes infecciosos son comunes, y todas las especies animales consideradas tienen al menos una ETS propia. A partir de ahí, para todos los gustos. Entre las más estudiadas está la llamada sífilis del conejo. La especie de Bugs Bunny sufre de una clase particular de sífilis que le produce llagas en la boca, inflamación de los genitales y lesiones en las extremidades. Dado que se transmite durante el apareamiento (vía venérea), los machos infectados pueden contagiar muchas hembras, y por eso se dice que es una enfermedad que afecta a grandes grupos y no a individuos; por lo tanto, es raro entre los conejos de las tiendas de mascotas, que no tienen una vida sexual activa, y es común en criaderos y poblaciones silvestres. La morfología de la bacteria que afecta a los conejos es muy similar a la de la que infecta a humanos. Se investiga en estos animalitos para hallar una cura para los primates más disolutos.
Pero igual de libertinos en sus costumbres parecen ser los caballos. En los harenes equinos, los infectados pueden repartir el exantema coital equino. El exantema es causado por el virus del herpes equino tipo 3 (VHE-3). Esta venérea provoca pústulas, erosiones y sangrado en los órganos genitales externos. Es fácil de detectar y su cura es muy simple, pero produce grandes catástrofes en la crianza, ya que uno de los síntomas es la caída de la libido en los sementales.

El pastel de las ETS
De 212 agentes infecciosos estudiados en el hombre y en 7 especies animales domésticas, esta es la distribución de las enfermedades de transmisión sexual
55,5% en los animales
39% en los humanos
5,5% en ambos

Redacción QUO