Conocíamos al hombre de las cavernas, pero cada día aparecen más evidencias de que el hombre de las tabernas (que no se ha extinguido) es también una especie bastante antigua. La última la han hallado en el yacimiento de Latterna, en Francia, donde un equipo de arqueólogos ha encontrado los restos de una milenaria cantina romana.

Entre las ruinas también han aparecido pedazos de vasijas en los que se han encontrado restos de bebidas alcohólicas (concretamente vino y cerveza), y también huesos de animales, sobre todo de cerdo y cordero. Las dimensiones de este antiguo local son bastante grandes, lo que ha llevado a los expertos a pensar que no podía ser tan solo un negocio familiar, y que tenía que estar atendido por muchos empleados.

Fuera como fuera, este hallazgo nos corrobora que los antiguos romanos y los galos absorbidos por su cultura ya eran muy aficionados a ir de tapas y copichuelas. Y es que no hemos cambiado nada.

Redacción QUO