De acuerdo con un reciente trabajo realizado por expertos de la Universidad de Stanford, la hipnosis alteraría la actividad y la conectividad del cerebro. El estudio se basa en un escáner cerebral efectuado a 57 voluntarios durante sesiones de hipnosis guiadas, similares a las que se pueden usar para tratar la ansiedad o el dolor.Los resultados se publicarán hoy en la revista online Cerebral Cortex.

Los estudios relacionados con la hipnosis y el cerebro realizados hasta la fecha se centraban enlos efectos de esta práctica en el dolor, la visión y otras formas de percepción, pero no en la propia hipnosis. Para el líder del estudio, David Spiegel, “la hipnosis es la más antigua de las formas de psicoterapia en Occidente., pero se ha visto afectada por la invasión de capas y relojes oscilantes. Pero es una forma muy efectiva de cambiar el modo en el que usamos nuestra mente para controlar nuestra percepción y nuestro cuerpo. Este es el primer estudio que busca responder a la pregunta de qué ocurre en nuestro cerebro cuando nos hipnotizan”.

El primer paso era encontrar personas que pudieran ser hipnotizadas y también otras que no. Solo un 10% de la población está catalogada como “altamente susceptible a la hipnosis”. Así encontraron 36 voluntarios que entraban en esta última categoría y otros 21 que serían el grupo de control. Todos fueron sometidos a 4 escáner cerebrales en diferentes condiciones (descansando, recordando eventos y durante dos sesiones de hipnosis). “Era importante contar con un grupo de control que no pudiera ser hipnotizado – señala Spiegel –. De otro modos podríamos ver en el cerebro de los susceptibles a la hipnosis cambios sin poder estar seguros si se debían a la hipnosis”.

En total se pudieron señalar tres cambios específicos en el cerebro bajo hipnosis. El primero de ellos se detectó un descenso en la actividad del área de la córtex del cíngulo anterior, implicado entro otras, en funciones cognitivas racionales. Para Spiegel esto se debe a que “durante la hipnosis uno está tan sumergido en ella que no nos preocupa nada más”.

También se observó un aumento en las conexiones entre dos áreas del cerebro, el córtex prefrontal y la ínsula. Spiegel describe esta conexión como la del cuerpo y la mente que permite al cerebro procesar lo que le ocurre al cuerpo. Finalmente detectaron una reducción en las conexiones entre el córtex prefrontal dorsolateral y la región que incluye al córtex del cíngulo posterior y estaría relacionada con la conciencia de nuestros actos. La opinión de Spiegel es que “durante la hipnosis no pensamos realmente en lo que hacemos, simplemente lo hacemos. Ahora que sabemos qué áreas del cerebro están implicadas en la hipnosis, podemos hacer más efectivo este tratamiento para problemas como control del dolor”.

Una de las preguntas pertinentes en este sentido es si un estudio sobre 36 personas constituye un universo científicamente fiable.

Juan Scaliter