Desde hace algún tiempo, la morfopsicología está en auge. Se trata de una disciplina alternativa que pretende establecer una relación entre el carácter de una persona y sus rasgos físicos. Algunos de los que la practican afirman incluso poder hablar de diversos prototipos de rostros para los dictadores o para las diferentes clases de criminales existentes. Pero los resultados de esta técnica nunca han sido validados científicamente. Más bien, al contrario.

Por ese motivo, está causando cierto revuelo en el mundo académico un estudio realizado por dos investigadores de la Jiao Tong University en Shanghai, quienes han desarrollado un sistema basado en inteligencia artificial que, según ellos, es capaz de detectar si una persona es o no un criminal mediante el reconocimiento facial.

En dicho estudio, titulado Inferencia Automatizada de la Criminalidad usando Imágenes Faciales (y que aún está en fase de prepublicación), los investigadores chinos aseguran haber ideado un programa que ha sido capaz de analizar los rostros de unos dos mil ciudadanos chinos (la mitad de ellos delincuentes convictos, y el resto no), para detectar patrones en la fisonomía facial de los primeros.

Y los patrones que dicen haber encontrado se encuentran en la curvatura del labio superior, la distancia entre los dos ojos, y el llamado ángulo nariz-boca. Según el análisis realizado por este programa, en los rostros de los criminales, la curvatura del labio superior era un 23,4% superior, la distancia entre los ojos un 5,6% más corta, y el ángulo nariz-boca un 19,6 más pequeño.

Por supuesto, estos resultados han sido duramente cuestionados. Y los propios investigadores reconocen que de su estudio no se puede concluir de forma definitiva que existan rasgos faciales típicos de las personas que cometen actos criminales y las que no. Pero seguro que este informe va a suministrar munición a los defensores de la morfopsicología.

Por otra parte, aún admitiendo que efectivamente fuera así, y esos supuestos patrones fisiológicos realmente existiesen, no hay que olvidar que el estudio se ha realizado únicamente con ciudadanos chinos. ¿Serían idénticos los resultados con personas de otras nacionalidades y razas?

Fuente: https://arxiv.org/abs/1611.04135

Vicente Fernández López