Según el doctor Trudy Barber, pionero en analizar el impacto de la tecnología en las relaciones sexuales, en 25 años el sexo real estará reservado a ocasiones muy especiales, mientras que los robots serán los que satisfagan las necesidades diarias.

Según Barber, «estamos tan ocupados con nuestras vidas, tan inmersos en la narrativa tecnológica, que la idea de mantener relaciones sexuales a larga distancia y tener sexo con robots se impondrá como un proceso natural en nuestro ciclo evolutivo». En su opinión, «esto hará que las relaciones en tiempo real sean más valiosas y emocionantes».

Sin embargo, los expertos en Inteligencia Artificial advierten que próximas generaciones de adolescentes estarán expuestas a una «pérdida de la virginidad» a merced de dispositivos humanoides y a crecer con una concepción realista del sexo.

El pasado mes de junio, el científico Noel Sharkey, ex asesor de la ONU, pidió ayuda a los gobiernos para prevenir que la robótica acabe siendo secuestrada por la industria del sexo.

Fuente: telegraph.co.uk

Redacción QUO