Una cueva que en el pasado fue utilizada como aljibe, es el lugar donde se ha realizado un interesantísimo hallazgo arqueológico: se trata de la inscripción de una cruz con una antigüedad aproximada de unos dos mil años, lo que la convierte en candidata a ser la más antigua conocida.
El descubrimiento sugiere que ese lugar fue usado por los primeros cristianos para reunirse a escondidas. Aunque lo sorprendente es que en la misma cueva ha aparecido otro grabado, en este caso el dibujo d e un menorá, el típico candelabro hebrero. Aunque en este caso el dibujado tiene siete brazos, en lugar de los seis tradicionales.
Los arqueólogos consideran que ambos grabados fueron hechos por personas diferentes y que pueden estar separados por un período de unos cien años.
Se encontró además un tercer dibujo que representaba una llave, pero los investigadores aún desconocen cual puede ser su significado y si tiene relación con alguno de los otros dos grabados.
Vicente Fernández López