La imagen que tenemos de los hunos, el pueblo sobre el que reinó Atila, es realmente temible. Los relatos que sobre ellos existen los describen como una horda salvaje y sanguinaria que trajeron la devastación a Europa Occidental, y que fueron una de las causas del colapso del imperio romano.
Pero, ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge, revela que tras el choque inicial entre los hunos y los romanos, ambos pueblos iniciaron un proceso de convivencia y de mestizaje cultural.
Los investigadores han analizado antiguos restos tanto de romanos como de hunos, que vivieron en el terreno fronterizo en el que ambas culturas colisionaron. Y lo que han descubierto es que muchos de esos romanos se convirtieron en pastores nómadas, fascinados tal vez por el estilo de vida de los invasores. Pero también ocurrió el proceso inverso. Que muchos guerreros hunos descubrieron la agricultura de manos de los romanos, y abandonaron la senda bélica para llevar una vida más sedentaria.
Para los autores del estudio, los resultados son una prueba de que hunos y romanos aprendieron a convivir entre ellos, una vez superada el violento enfrentamiento inicial entre ambos pueblos.
Fuente: Agencia SINC.
Vicente Fernández López
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