Los restos del llamado Hombre de Ötzi son sin duda la momia más estudiada del mundo. Fue descubierta en 1991, congelada en un glaciar, y el perfecto estado en el que se convervaba ha permitido conocer muchísimas cosas sobre ella, a pesar de que su antiguedad supera los 5.000 años. Los investigadores han averiguado, por ejemplo, que fue lo último que comió, o que murió a causa de una herida de flecha. Pero lo que ignoran aún es quien lo mató.

Para intentar descubrirlo, los responsables del South Tyrol Museum of Archaeology, en Italia, han solicitado la colaboración de Alexander Horn, un veterano inspector de homicidios de la policía de Munich.

Horn está especializado en investigar casos antiguos que se consideraban ya cerrados. Pero, como él mismo ha confesado, nunca había podido imaginarse la posibilidad de investigar un crimen tan antiguo como este.

Su primer temor fue que los restos de Ötzi no estuvieran en buen estado para una investigación policial, pero pudo comprobar que se encontraban mucho mejor conservado que los de algunos casos en los que ha trabajado.

Y lo cierto es que Horn ya ha sacado varias conclusiones interesantes. La primera de ellas es que la flecha que mató a Ötzi fue disparada desde una distancia de treinta metros, y que la postura del cuerpo y de sus músculos, sugiere que fue atacado a traición, sin que pudiera esperárselo.

Por ese motivo, el veredicto del policía es claro: «Ötzi fue asesinado. No fue una lucha en igualdad de condiciones. Le mataron a traición, de forma premeditada», afirma el inspector.

Pero, ¿quién y por qué lo hizo? El investigador reflexiona en este punto sobre una herida anterior de arma blanca que Ötzi tiene en una de sus manos. Y llega a la conclusión de que el asesino pudo ser la misma persona con la que la víctima se enfrentó en aquel primer combate, y que decidió asesinarlo a traición como venganza.

Sea como sea, parece bastante improbable que vayan a localizar vivo al asesino de Ötzi. Y, aunque así fuera, y ese improbable milagro científico se produjese, tampoco tendría mayores consecuencias porque, a estas alturas de la evolución de nuestra especie, el caso ya ha prescrito.

Fuente: BBC.

Vicente Fernández López