Si algo preocupa a quienes salen a correr de forma habitual, son las posibles lesiones. Pero, ¿por qué se producen? Un equipo de investigadores de la Aix-Marseille University, en Francia, ha tratado de arrojar un poco más de luz sobre este asunto.
Los investigadores utilizaron cámaras de alta velocidad y técnicas de diagnóstico por imagen, para monitorizar como afectaban los impactos de las pisadas a los corredores. Y observaron que en una carrera ligera de media hora los pies golpeaban con el suelo alrededor de cinco mil veces.
Lo más interesante fue descubrir como, los pies los que absorbían la mayor parte de la energía generada por el impacto (cuya intensidad era cuatro veces mayor si se corría descalzo), la cual iba decreciendo conforme ascendía por la tibia hasta la rodilla, desde dónde se distribuía a través de los músculos por todo el cuerpo, hasta acabar diluyéndose.
Para los investigadores es la prueba clara de la existencia de un mecanismo innato del organismo para evitar las lesiones en las piernas. Un mecanismoq ue funciona perfectamente si solo se corre de manera ocasional, pero que no es perfecto al cien por cien durante todo el tiempo. Por eso, los impactos continuados que se producen durante años practicando running, acaban produciendo alguna lesión más tarde o más temprano.
Fuente: NewScientist.
Vicente Fernández López