Un anticuario localizó en el ático de una vieja mansión de Massachusetts un antiguo sable militar de fabricación inglesa, con las iniciales RGS grabadas en su empuñadura. Aquella no era un arma cualquiera. Se trataba de una de las espadas más legendarias de la guerra de secesión americana, que perteneció al coronel Robert Gould Shaw. A quienes hayan visto la película Tiempos de gloria tal vez les suene el nombre, ya que era el personaje que encarnaba Matthew Broderick.

Shaw fue el oficial que recibió la orden de crear el 54ª Regimiento de Voluntarios de Infantería de Massachusetts, formado integramente por esclavos negros liberados. El 18 de julio de 1863, esta unidad recibió la orden de atacar Fort Wagner, un reducto confederado en Carolina del Sur. El asalto acabó en tragedia, ya que el coronel Shaw murió de un disparo enemigo y la mayoría de sus hombres, pese a su valeroso comportamiento, perecieron bajo el fuego enemigo.

Los confederados enterraron a los soldados negros en una fosa común. Junto a ellos arrojaron el cuerpo sin vida de Shaw, al que se negaron a rendirle honores militares (como hubiera correspondido por su graduación), por considerar una bajeza que un oficial blanco guiara un regimiento de combatientes de color.

Terminada la contienda, el gobierno de la unión quiso desenterrar los restos mortales de Shaw y darle sepultura en un cementerio militar. Pero el padre del coronel se opuso, afirmando que le parecía un honor que su hijo estuviese enterrado junto a sus hombres.

Pero, ¿qué ocurrió con el sable? Unos lugareños entregaron al general nordista Charles Jackson Paine la supuesta espada del coronel Shaw, pero al no tener las citadas iniciales se llegó a la conclusión de que no era la auténtica.

Todo parece indicar que probablemente fue robada por los confederados y que, probablemente, fue pasando de mano en mano hasta acabar en el ático de Massachusetts donde acaba de ser encontrada. A partir de ahora, será conservada y exhibida en un museo.

Vicente Fernández López