Seguro que más de un fontanero estará dándose de cabezazos contra la pared por no haber sido él quien se acercara a desatascar a comienzos de verano las cañerías de estos baños repletos de dinero. Decenas de billetes de 500 euros obstruían el paso del agua de un banco y de 3 restaurantes de Ginebra y nadie sabía la razón de por qué alguien podría estar deshaciéndose de cantidades tan grandes de dinero de una manera tan burda y chabacana. Un misterio que ha estado dando muchos quebraderos de cabeza a la Policía y a la Fiscalía suiza ya que no sabían la razón que se escondía detrás de cortar con tijeras unos 83.000 euros en cientos de pedazos.
Pero ha sido el periódico local “Tribune de Genève” el que ha aportado más datos que podían dar más luz a este curioso hecho. Al parecer, la pista está sobre dos mujeres españolas que tendrían un depósito en una de las sucursales del banco UBS, el mismo en el que se encontró el primer atasco. Fue precisamente en el baño situado en la misma planta donde se guardan las cajas fuertes personales de los clientes y fue esta la primera sospecha que se tuvo de ellas, ya que coincidió que ambas habían estado allí. Este patrón de conducta se repitió en otros baños de 3 restaurantes de la zona, lo que hizo pensar que era algo premeditado y no un hecho aislado. De hecho, las cámaras de uno de los locales grabó a un hombre entrando en el baño justo antes de que se produjera otro de los atascos, lo que confirmaría que incluso utilizaron a cómplices para hacerlo.
La destrucción de billetes no es un delito en Suiza, más aún cuando la moneda del país es el franco suizo. Por lo tanto, a pesar de que conozcan a quienes lo hayan hecho, no se trata de una acción punible. Eso sí, el abogado de los autores ya ha pagado la factura de fontanería de todos los baños, aunque en ningún momento ha llegado a trascender la razón de por qué lo hicieron.
Posible causa
Según el periódico “La Tribune de Genève” se sospecha que los autores pretendían ocultarlos del fisco tras la nueva legislación bancaria que entró en vigor este año en Suiza, la cual obliga al intercambio de información con la Unión Europea sobre los depósitos que tienen las entidades, algo que se hará efectivo en 2018. Por lo tanto, se cree que quizá no querían que se descubriera un dinero que no estaba declarado.
Alberto Pascual García