Los habitantes de las zonas situadas más al norte de Siberia, se sorprendieron al presenciar este asombroso espectáculo. Una gigantesca bola de luz que iluminó el cielo justo cuando estaba anocheciendo. Y, como es habitual en estos casos, la imaginación de muchísimas personas se excitó y atribuyeron el fenómeno a OVNIS o a hipotéticos portales interdimensionales.

Pero la realidad es mucho más sencilla. Todo parece indicar que se trata de un efecto óptico provocado por el lanzamiento de prueba del nuevo y temible misil ruso Satán-2, del que ya os hablamos hace unos días. Según los especialistas, cuando se produjo el despegue, los gases de escape del misil formaron una burbuja de varios kilómetros de diámetro.

Y aunque el sol ya había desaparecido del horizonte visible para los observadores, sus rayos lejanos todavía eran capaces de atravesar dicha burbuja, haciéndola visible y dando lugar a este curioso y hermoso espectáculo. Si el lanzamiento se hubiera producido una hora más tarde, probablemente los habitantes de la zona no habrían visto nada extraño en el cielo.

Vicente Fernández López