Rafa Nadal, Maradona, Muhammad Ali… Todos ellos tiene dos cosas en común. Que son o han sido colosos en sus respectivas disciplinas deportivas. Y que son zurdos (aunque Nadal es capaz de jugar con ambas manos). El dato viene al caso porque un nuevo estudio realizado por investigadores de la la Universidad de Oldenburg en Alemania, revela que manejarse con la mano izquierda puede conceder cierta ventaja en algunos deportes.

Otro estudio anterior realizado en 1990, ya había apuntado a que ser zurdo podía ser un buen «arma secreta» para los deportistas de élite. Pero la nueva investigación realizada en Alemania especifica que ese principio solo se cumple en algunos deportes muy concretos. ¿En cuales? Pues en aquellos en los que la presión del tiempo juega un papel esencial, como el tenis, el cricket o el béisbol.

Los autores analizaron el Top-100 de las mejores figuras en varios deportes dónde la limitación de tiempo jugaba un papel esencial, y descubrieron que la cantidad de zurdos era de un 30,4%. Mientras que en el resto de las disciplinas deportivas rondaba de media el 8%.

Pero, ¿cuál es la causa de esa ventaja? Algunos autores han sugerido que los zurdos pueden tener unas conexiones cerebrales más eficientes. Pero los investigadores alemanes creen que todo puede deberse al factor sorpresa. Es decir, al haber más jugadores diestros que zurdos, los primeros no están tan acostumbrados a jugar con los segundos. Por eso, las limitaciones de tiempo les impedirían tener el margen suficiente para adaptarse al juego de sus oponentes.

Conviene especificar que cuando se habla de esa ventaja de los zurdos, no significa que cualquier deportista que juegue con la izquierda esté en superioridad de condiciones sobre otro que juegue con la derecha. Pero estamos hablando de deportistas de élite, de gente con unas cualidades excepcionales y, en este caso, cualquier estrategia o característica específica que el jugador emplee con habilidad e inteligencia, puede resultar decisiva a la hora de derrotar a un oponente. Pero tampoco garantiza el éxito por sí misma. Y la prueba de ello es que Nadal (desafortunadamente) no gana siempre aunque juegue al límite de su potencial.

Vicente Fernández López