Las intrigas por el poder de la saga Juego de tronos tal vez no sean muy distintas de las que han ocurrido a lo largo de la historia. Y una buena prueba de ello es el reciente descubrimiento que ha realizado en Mongolia un equipo de arqueólogos de la Universidad de Osaka.

Los investigadores han descubierto las ruinas de un monumento funerario compuesto por catorce columnas de piedra que sostenían un sarcófago. Las inscripciones de la sepultura, escritas en la lengua de los pueblos túrquicos (que habitaban un territorio que se extendía desde la actual Turquía, ocupando gran parte de Asia) revelaron que los restos allí enterrados pertenecieron a un poderoso virrey que gobernó Mongolia y parte parte de la actual China, durante el reinado del emperador Bilge Qaghan, entre el año 710 y 730 de nuestra era. Mucho antes, por tanto de que Gengis Khan iniciase sus conquistas.

las inscripciones también revelan que dicho virrey, cuya identidad se desconoce, fue envenenado. Algo que, según los autores del descubrimiento, era bastante habitual en el imperio túrquico, en el que las intrigas se sucedían unas a otras. Prueba de ello es que el propio emperador Bilge Qaghan, también fue envenenado. Y su sucesor, Tengri Qaghan, corrió idéntica suerte.

Vicente Fernández López