Lo lógico es pensar que los veteranos de guerra que regresan al hogar, lo tienen más fácil para superar los traumas de su experiencia bélica, si cuentan con una familia que les apoye. Pero parece que la realidad es bastante diferente. Así se desprende de un estudio realizado por la University of Connecticut y el U.S. Department of Veterans Affairs, con ex combatientes estadounidenses de las guerras de Irak y Afganistán.

Los resultados revelaron que aquellos veteranos que estaban casados o tenían pareja estable, tenían un 20% más de riesgo de cometer suicidio, que quienes estaban solteros. Y ese riesgo era algo mayor en el caso de las mujeres. Pero, ¿cómo puede ser eso posible?

Según los autores del estudio, los veteranos casados y sus parejas se enfrentan a la tarea de reconstruir la relación a partir de dónde la dejaron. Las expectativas suelen ser muy altas, y no siempre se cumplen, lo que acaba generando más estrés y frustración. Y también influye que los solteros suelen ser más jóvenes y, por tanto, con más perspectiva y futuro para crear una nueva vida.

Vicente Fernández López