Una cafetería de Glasgow ha puesto a la venta este helado, al que han llamado Respiro del diavolo. Semejante nombre y el hecho de que asomen varias guindillas, ya deberían darnos una idea bastante aproxmada de cuál es su principal característica. Los propietarios del local aseguran que ha sido preparado siguiendo una receta tradicional italiana que data de la década de 1930, y alardean de que es el helado más picante del mundo.

Aseguran que la sensación de picor que produce es quinientas veces superior a la del tabasco, y el hecho es que sus ingredientes son tan irritantes, que para prepararlo hay que protegerse adecuadamente las manos y el rostro. Por todos esos motivos, para comerlo hay que demostrar que se es mayor de edad, y firmar un documento que exime de toda responsabilidad al local por los problemas de salud que pueda causarle al cliente. Se advierte incluso de que puede matar a una persona. Pero, ¿es realmente posible?

Para medir la intensidad del picante se utiliza la llamada escala Scoville que calcula la cantidad de capsaicina (el compuesto químico responsable de esa sensación de ardor) que contiene un producto. La del tabasco es muy inferior a la de la capsaicina pura, que puntúa con un millón de unidades Scoville. Incluso aumentándola quinientas veces, ni se aproxima a ese nivel. Así que parece que dicho helado está muy lejos de la dosis que se considera letal. Pero, ¿cuál es dicha dosis?

Es difícil saberlo con exactitud. Un estudio realizado en 1980 calculó que aproximadamente algo más de un kilo de capsaicina pura (lo que equivaldría a muchos millones de unidades Scoville) podría teoricamente matar a una persona de estatura y peso medios. Y otra investigación realizada en 2015 por la escuela de Medicina de Niigata, en Japón, demostró que los ratones morían por insuficiencia respiratoria cuando consumían una cantidad de capsaicina equivalente a la que contendrían varios cientos de miles de guindillas.

Todo esto significa que, en principio, este helado no tendría por qué matar a nadie. Aunque los efectos del picante no son los mismos en todas personas, y dependen mucho de los problemas de salud que tenga cada individuo. De todas formas, seguro que los sudores fríos y una sensación de ardor atroz no se los quita nadie a quién se atreva a comerlo.

Vicente Fernández López