Ya se sabía que las explotaciones petrolíferas están contaminando gran parte de la cuenca del Amazonas. Las aguas de producción petroleras tienen altas concentraciones de sales y metales pesados como plomo, cadmio, cromo o bario e hidrocarburos. Esta contaminación afecta a los ríos, suelos y sedimentos, extendiéndose hasta 3.000 kilómetros aguas abajo del río. Pero, ahora, un estudio realizado conjuntamente por el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), el departamento de Sanitat i Anatomia Animals de la UAB, el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el International Institute of Social Studies (ISS-EUR), ha analizado cómo afecta dicha contaminación a las poblaciones indígenas.

Los investigadores analizaron a 45.000 habitantes de la zona y detectaron que presentaban mayoritariamente unos niveles muy elevados de cadmio y plomo en su sangre. Y la fuente de esa contaminación son los animales que comen. Algunas de las especies que componen la base de su dieta (como los tapires), al residir en ambientes pobres en sales, solían acudir a los yacimientos mineros para ingerir tierra.

Pero gracias a una red de cámaras ocultas, se ha grabado hasta ocho mil vídeos que muestran cómo dichos animales acuden ahora a los alrededores de las instalaciones petrolíferas para comer sus residuos. De esta manera, la contaminación se extiende posteriormente a las tribus que se alimentan con su carne.

Fuente. SINC.

Vicente Fernández López