Sabemos que Tutankamón murió muy joven, y los estudios realizados han revelado que el joven faraón tuvo una salud muy delicada, que sufrió malaria y que incluso pudo necesitar de un bastón para caminar. Pero, ahora, un estudio realizado por un equipo de la University of Northampton, ha descubierto un dato que podría indicar que este soberano no fue tan débil como habíamos creído.

Los investigadores han utilizado una técnica conocida como Imágenes por Transformación de Reflectancia para analizar la armadura de cuero del faraón, que fue descubierta en 1920. Y lo que han encontrado es que tiene marcas y señales que revelan que fue utilizada en combate. De hecho, algunas de ellas solo pudieron ser causadas en una lucha a muy corta distancia.

Dado que la armadura real era un objeto intransferible que no podía ponerse nadie que no fuese el propio faraón, eso significaría que Tutankamón podría haber estado en el campo de batalla. Lo que implicaría que su salud no siempre fue tan precaria cómo se ha creído.

Por supuesto, hay que tener cautela con este hallazgo, ya que aún parece demasiado vago como para poder sacar conclusiones definitivas. Pero también es lo suficientemente interesante como para seguir investigando en esta línea, y revisar tal vez algunas de las creencias que teníamos asumidas sobre este faraón.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López