En las ruinas de la ciudad de Tombos, situada en el Valle del Nilo, en el actual Sudán, han sido desenterradas numerosas tumbas. Pero hay una que llama especialmente la atención debido a que contiene el esqueleto (extraordinariamente preservado) de un caballo.
Los huesos del animal tienen una antigüedad que ha sido fechada en torno al año 900 antes de Cristo. Y lo que resulta tan llamativo, es que todas las evidencias sugieren que el animal fue enterrado con los mismos honores que se reservaban para los ciudadanos de alto rango.
En las pezuñas del animal se han encontrado restos de tela, que indican que su cuerpo fue envuelto en un sudario. Y también han hallado joyas y abalorios, que demuestran que el animal fue muy apreciado por sus propietarios. El análisis de los huesos ha revelado que sus costillas están especialmente desgastadas, lo que es común en los caballos que tiran de carros. También se sabe que tenía alrededor de quince años cuando murió.
Las causas de por qué sus propietarios sentían una veneración especial por esta montura seguirán siendo un misterio que nunca se resolverá. Pero todo indica que, fuera por los motivos que fuesen, se tató de un caballo muy querido por sus propietarios, al que dieron sepultura con una dignidad que no recibían la gran mayoría de las personas de su tiempo.
Fuente. LiveScience.
Vicente Fernández López