La publicación Neurosurgery recoge el caso de una mujer californiana de 23 años que ha protagonizado un caso de remisión espontánea del cáncer. La paciente fue diagnosticada con un meningioma cuando se encontraba en la fase final de su embarazo. Se trata de un tipo de tumor que surge de las meninges, las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Y aunque estrictamente no es un tumor cerebral, se lo incluye en esta categoría porque comprime o presiona el cerebro, los nervios y los vasos adyacentes.
Dado su avanzado estado de gestación, los médicos decidieron posponer el tratamiento hasta que la mujer diera a luz, para no dañar al futuro bebé. Tras el alumbramiento, la paciente volvió a acudir al médico, y fue entonces cuando las nuevas pruebas revelaron que el cáncer casi había desaparecido. De hecho, el tumor que inicialmente tenía el tamaño de una uva, se había reducido hasta tener tan solo un volumen equivalente al de una pequeña semilla.
Puede parecer asombroso, pero casos como este, aunque no son frecuentes, se producen en ciertas ocasiones. La remisión espontánea de tumores es un fenómeno que se produce en algunos casos (muy pocos, ya que no representan ni el 1% de todos los casos de cáncer). Este fenómeno se ha observado sobre todo en tumores que afectan a la piel, pero se da de forma excepcional en todos tipos de cáncer.
Por supuesto, es algo que no tiene nada de milagroso, aunque la ciencia aún no sabe con certeza por qué algunos tumores remiten sin tratamiento alguno. Se sospecha que es debido a alguna respuesta del sistema inmune del paciente, pero se desconoce aún en qué consiste y a qué se debe.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López