Ya sabemos que los problemas conyugales pueden herir los sentimientos de las personas. Pero, ahora, un nuevo estudio realizado por un equipo del Penn State Center for Healthy Aging, revela que las discusiones de pareja también pueden provocar un dolor físico añadido en aquellas personas con determinadas dolencias.

Los investigadores realizaron un experimento con 145 personas con osteoartritis, y con otras 129 que padecían diabetes tipo 2. A todos ellos les pidieron que relataran en un diario la evolución de los síntomas de su enfermedad, y también como era el día a día en sus relaciones matrimoniales o de pareja.

Y lo que observaron fue que, mayoritariamente, los voluntarios relataban haber sufrido un empeoramiento de sus síntomas físicos en aquellos días en que las relaciones con sus cónyuges habían sido más tensas y difíciles. Aunque también observaron lo contrario en el caso de los pacientes con osteoartritis, que manifestaron que tenían más roces con su parejas cuando sentían más dolor físico. Algo que, en cambio, no se produjo en el caso de los voluntarios con diabetes.

Al final, según los autores del estudio, en algunos casos se genera una especie de círculo vicioso en el que, cuando peores son las relaciones de pareja, más aumenta el dolor físico, lo que a su vez provoca que las relaciones con la otra persona empeoren aún más.

Fuente: ScienceDaily.

Vicente Fernández López