Un nuevo estudio de la Universidad de Columbia Británica muestra que los profesores no tienen que preguntar en los exámenes todo lo que quieren que sus estudiantes recuerden, siempre y cuando el conocimiento que quieren transmitir llegue bien a los alumnos y las preguntas del examen estén bien escogidas.
Este hallazgo se ha basado en un experimento con estudiantes de farmacia de la UBC, y tiene que ver con un fenómeno conocido como «aprendizaje potenciado por la recuperación”: el mero hecho de recordar algo lo refuerza en la memoria de una persona. Pero ese fenómeno también ha avivado ciertos temores, demostrados en algunos estudios recientes, sobre el «olvido inducido por la recuperación», es decir, que los temas o contenidos no incluidos en un examen pueden ser eliminados de la memoria de los estudiantes.
El estudio de la UBC, publicado el 26 de mayo en Avances en la educación en ciencias de la salud, sugiere una forma de fortalecer la memoria de los estudiantes sin causar «fatiga de la evaluación».
Los investigadores pidieron a más de 150 estudiantes de farmacia de segundo año que estudiaran un archivo PowerPoint de 67 diapositivas sobre la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la enfermedad por úlceras pépticas, temas relevantes en su carrera pero que sin embargo no están incluidos en el plan de estudios. Cada diapositiva contenía «viñetas» similares a las de las diapositivas utilizadas en las clases universitarias.
A algunos estudiantes se les pidió que estudiaran las diapositivas durante 30 minutos para ser evaluados sobre ellas dos semanas después. Se pidió a otros estudiantes que estudiaran las diapositivas durante 20 minutos, y los 10 minutos restantes se dedicaron a responder a un cuestionario de 10 preguntas sobre el tema.
Dos semanas después, ambos grupos se presentaron a un examen final más amplio, que incluía las 10 preguntas originales, más 30 más: 10 sobre las diapositivas, 10 sobre otras condiciones médicas no cubiertas por las diapositivas, y 10 preguntas más generales sobre fisiología básica y características del medicamento (tampoco cubiertas por las diapositivas). La mayoría de las preguntas eran de opción múltiple, con un par de preguntas de verdadero/falso.
El experimento demostró que el grupo que había realizado la prueba preliminar un par de semanas antes obtuvo mejores resultados (22 % mejores) en las preguntas que se repitieron en el examen final. Pero ese grupo también se desempeñó un 19 % mejor en otras preguntas basadas en las diapositivas, aunque estas no fueron incluidas en la prueba preliminar.
En el resto de preguntas que no trataban específicamente sobre la enfermedad de reflujo y la enfermedad de úlcera péptica, no hubo diferencias estadísticamente significativas entre el desempeño de los dos grupos.
A partir de esos resultados, los investigadores concluyen que el conocimiento, ya sea sobre la salud, la ley, la historia o cualquier otra cosa, no tiene que ser evaluado para ser recordado, si está estrechamente entrelazado con el conocimiento general del que se examina al alumno.
«La evidencia acumulada de un aprendizaje mejorado de recuperación ha llevado a algunos educadores a afirmar que las pruebas integrales son la mejor manera de hacer que los estudiantes recuerden el conocimiento», dijo el autor principal Kevin Eva, profesor del Departamento de Medicina y director asociado del Centro de Becas de Educación para la Salud de la UBC. «Pero eso podría llevar a que el valioso tiempo de clase sea consumido por las evaluaciones, creando un estrés y tensión indebidos para los estudiantes.»
Para maximizar la efectividad de las pruebas, dice el Dr. Eva, el material del curso necesita estar bien integrado (cada pieza debe ser presentada como parte de un todo más grande, no como una colección de detalles desconectados). Además, las preguntas de la prueba deben ser representativas de la totalidad del material que los profesores quieren que los estudiantes conserven.
«Es más probable que los estudiantes olviden elementos no probados en un plan de estudios de hechos disociados», dice el Dr. Eva. «Así que los profesores tienen que hacer sus deberes, y asegurarse de que lo que enseñan se une en un todo más grande y comprensible”, concluye Kevin Eva.
Fuente: Science Daily
Belén Robles González