Cuando vamos a un restaurante y pedimos atún rojo u otro manjar procedente del mar, ¿realmente es eso lo que estamos comiendo? Pues puede ser que en algunos países no. Eso es lo que se desprenden de los resultados de un estudio realizado en Canadá por un equipo de la University of British Columbia.

Los investigadores analizaron muestras de pescados servidos en diversos restaurantes, y también de otros vendidos en pescaderías. Aunque en este último caso solo se analizaron las de los peces que se vendían en piezas, y que no se exhibían enteros en el mostrador.

Y los resultados revelaron que el 29% de las muestras de pescado servidos en los restaurantes pertenecían a especies diferentes a las que se anunciaban en sus cartas, mientras que en el caso de las pescaderías, la falta de coincidencia fue de un 24%. Los restaurantes japoneses especializados en sushi registraron el menor porcentaje, ya que fue del 23%. Y lo más llamativo se descubrió al analizar las muestras de pargo rojo, un pez de arrecife muy valorado en gastronomía. Tan solo un 6% eran auténticas.

El que el atún o el pargo de algunos restaurantes no sean realmente atún y pargo, se debe a dos causas, según los investigadores. Por un lado al fraude intencionado de algunos establecimientos, que cobran a precio de oro un producto de lo más corriente. Y por otro, a confusiones generadas por el hecho de que en algunos países un mismo pez puede tener distintos nombres.

Recordamos una vez más que el estudio solo aporta datos referidos a Canadá. Sus autores dicen que son extrapolables a toda norteamérica, pero no dicen nada sobre Europa.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López