La Justicia de Estados Unidos ha bloqueado una controvertida iniciativa que iba a permitir desde hoy miércoles, la publicación y distribución de manuales para poder imprimir en 3D armamento casero. De esta manera, cualquiera con un dispositivo como este podría llegar a fabricar cualquier tipo de arma de fogueo. Para el director legal del Centro Brady para Prevenir la Violencia de las Armas de Fuego, Jonathan Lowy, «los principales problemas es que estas no tendrían número de serie, por lo que serían imposibles de rastrear. Además, son de plástico, por lo que serían indetectables para los detectores de metales en aeropuertos o edificios públicos», apuntaba en declaraciones a la agencia de noticias EFE.
[image id=»97768″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Precisamente, este es el mayor miedo que ha tenido la ciudadanía en estos últimos meses ante la inminente publicación de estos catálogos. Recordemos que esta resolución fue fruto de un acuerdo al que llegó el gobierno de Donald Trump con un grupo proarmas conocido como Defense Distributed, quienes consideraban estar en todo su derecho de publicar estos manuales. A pesar de tener, en un primer momento, el beneplácito del gobierno federal, finalmente los tribunales han decidido escuchar a la ciudadanía preocupada por lo que podría convertirse en todo un problema a corto plazo. Si ya ha resultado fácil en los últimos años a varios ciudadanos del país la compra de un arma para poder atentar contra sus vecinos, quién no piensa que esto podría repetirse con la reproducción de pistolas y rifles para cometer un asesinato a un importante cargo, como por ejemplo, el presidente de los Estados Unidos.
Con la noticia, nos hemos acordado que este plan fue la trama principal de la película de 1993 «En la línea de fuego». En ella, el actor John Malkovich interpretaba a un hombre que intentaba atentar contra el líder del país en plena campaña de elecciones. Como el arma era de plástico y se podía montar como si de un rompecabezas se tratase, lograba pasar desapercibido entre la multitud de un acto electoral, sin que los agentes de seguridad notarán nada raro en su cuerpo. Gracias a ello, logra, en un momento dado, apretar el gatillo de esta nueva arma… con la suerte de que Clint Eastwood, en su papel de agente del Servicio Secreto, intercepta la bala con su cuerpo.
Por el momento, esta situación seguirá siendo cosa de ficción…
Alberto Pascual García