Unas obras realizadas para construir una carretera cerca de los complejos arqueológicos de Luxor y Karnak, han servido para descubrir enterrada en el suelo una estatua con forma de esfinge. Se trata de una figura que tiene cuerpo de león y cabeza humana, y cuya antigüedad ha sido fechada en el año 1.400 antes de Cristo.
Según los relatos recogidos por Hesiodo, la esfinge era considerada originalmente una criatura de origen diabólico que merodeaba por los alrededores de la ciudad de Tebas, y que había sido enviada por la diosa Hera. Posteriormente, los faraones adoptaron su imagen como un símbolo de realeza.
En los últimos años se han descubierto varias estatuas con forma de esfinge como esta. Además, algunas leyendas hacen referencia a la existencia de una segunda gran esfinge que sería gemela de la de Guiza, y que estaría enterrada en el desierto. Pero nunca se ha encontrado ningún indicio que demuestre su existencia.
Fuente: IFL Science.
Vicente Fernández López