El vacío legal en España ha provocado una proliferación de chamanes que ofrecen rituales de desintoxicación psicológica y liberación mental con sustancias psicotrópicas como la ayahuasca. Esta bebida, tradicional de los pueblos indígenas de Sudamérica, contiene N,N-Dimetiltriptamina (DMT), una sustancia vegetal que provoca alucinaciones similares a las producidas por el LSD. Quien la prueba cree haber conectado con la trascendencia. Por esa misma razón las tradiciones chamánicas la utilizaron durante milenios para contactar con espíritus, deidadas y otros seres inmateriales.

Ahora tomar ayahuasca está de moda, y muchos expertos en estos rituales –y algunos charlatanes– hacen caja en España (y en otras partes del mundo) promoviendo sesiones de liberación espiritual y prometiendo una conexión con lo metafísico. Las autoridades sanitarias ya han puesto el grito en el cielo y han declarado que esta sustancia es alucinógena y adictiva y que puede provocar ataques de pánico y de ansiedad, además de brotes psicóticos en casos extremos. Sin embargo, cada vez son más las personas que se sienten atraídas por esta solución mística para escapar de la rutina.

Pero ¿por qué gusta tanto tomar ayahuasca? Un estudio reciente realizado por el Imperial College de Londres ha revelado que tomar sustancias con DMT provoca reacciones parecidas a las experiencias cercanas a la muerte, conocidas como ECM. Trece voluntarios a los que se introdujo, de manera intravenosa, el DMT y un placebo, respondieron a un cuestionario utilizado en personas que han tenido experiencias cercanas de la muerte. Las respuestas de quienes habían consumido DMT y las que habían tenido ECM eran prácticamente idénticas.

Entre las características básicas de las ECM están encontrarse con un ser superior o ángeles que guían al sujeto a través de un mundo de paz y serenidad extremas, sensación de sentirse amado, conexión con Dios o seres de otro mundo, consciencia extrema de las cosas, hipersensibilidad emocional, etcétera. Los efectos de las sustancias con DMT son similares.

El responsable de la investigación, Robin Carthart-Harris, sostiene que «estos hallazgos son importantes porque nos recuerdan que las ECM ocurren a causa de los cambios significativos en la manera de trabajar del cerebro, y no porque haya algo más allá (del mundo material). La DMT es una herramienta que nos puede ayudar a estudiar y comprender mejor la psicología y la biología de la muerte».

El co-autor del trabajo, David Nutt, añade a las palabras de su compañero que «estos datos sugieren que los cambios vitales que producen tanto las DMT como las ECM pueden tener una misma base neurocientífica».

Algunos expertos han criticado este estudio. Manoj Doss, experto en neuropsicofarmatología cognitiva y drogas de la Universidad Johns Hopkins, defiende que «si algo sabemos, es que las personas no son muy buenas en temas metacognitivos, especialmente cuando están drogadas», y dice no sentirse convencido por el resultado del estudio, que solamente analiza el viaje alucinógeno de trece personas.

Redacción QUO