Michael Jackson se refería a Demerol como el “elixir de la salud”, y sin embargo, le ha provocado la muerte. Detrás del eufemismo se esconde un potente analgésico, de la familia de los opiáceos, que se utiliza para aliviar dolores intensos. “En los hospitales se usa en pacientes que se han sometido a una operación compleja, como terapia paliativa en personas con cáncer o cuando los tratamientos con otros analgésicos no han resultado efectivos”, explica Pedro Tarquis, médico internista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Al parecer, a Michael Jackson se lo recetaron tras romperse una vértebra y una pierna al caer en el escenario.

Pedro Tarquis se ha encontrado con muy pocos casos de adicción en sus veinte años de trabajo en el hospital. De hecho, uno de los motivos por los que se usa Demerol (nombre comercial: Dolantina), es por sus ventajas sobre la morfina: “Tiene menos efectos secundarios, menos riesgo de adicción que esta, y es más fácil de administrar porque se toma en pastillas”. Se consume, normalmente tres veces al día, en dosis de 50 o 100 miligramos.

Si el fármaco no suele ser adictivo, ¿dónde está el peligro? Lógicamente, en la sobredosis y en la combinación con otras sustancias. “El alcohol potencia mucho sus efectos depresores del sistema nervioso central y puede llegar a provocar una parada cardíaca”, explica Pedro Tarquis.

Redacción QUO