Porque, en la Biblia (Hechos 15: 29), se señala que los gentiles debían “abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne […]”. En realidad, el versículo se refiere a una carta de los apóstoles y los ancianos, dirigida a los gentiles de Antioquía, Siria y Cilicia.
Estos se acababan de convertir al cristianismo, y la abstención de sangre era una de las directrices. Esta cita se interpreta por los testigos como una orden divina que prohíbe el uso de sangre de otros seres para beneficio propio. Además, consideran que la vida es un regalo divino que está representado por la misma sangre. Y manipularla es trastocar la voluntad del Creador.
Redacción QUO