Islas Solomón. ¡Viva la Primavera!
No hay segregación formal de los sexos en ningún período. Las jóvenes inmaduras a veces tienen relaciones sexuales con hombres mayores, los niños se provocan erecciones, las niñas se masturban sin ser reprimidas y las mujeres juegan con plátanos o raíces del tamaño adecuado. Durante las fiestas de primavera, las chicas bailan mostrando sus genitales.
Los nuba masakin: ‘cariño, huéleme’
Entre este pueblo de Sudán el amor es libre y se considera una actividad refinada, unida a la música y a la danza. La seducción por el olfato entra dentro del ritual de cortejo, pues las jóvenes, durante las fiestas, ofrecen sus genitales a los muchachos para que los huelan y, de esa forma, conquistarlos. Cada chica elige un joven apoyando la pierna sobre su hombro; él no puede mirar, solo oler los genitales. Una vez que ellas han elegido, ellos entran en una cámara amatoria por un orificio de 35 cm y hacen el amor.
Chuuk, el tamaño (femenino) importa
Los hombres introducen un palo tallado, que es como su DNI, entre las paredes de la cabaña hasta rozar el cabello de la mujer dormida. Ella despierta y toca con los dedos las muescas de la madera para reconocer a su dueño. Si el candidato le apetece, tira del palo para invitarle a entrar en la cabaña, o para indicarle que se va a encontrar con él en la noche. En caso contrario, empuja el palo hacia fuera de la choza y el dueño se ve obligado a probar en otro lugar. Esta es una forma de ligar sin gastar mucha saliva.
Está muy presente todavía el llamado wech (también lo llaman chifiti), técnica sexual que consiste en excitar el clítoris mediante la frotación con la punta
del pene hasta la
llegada al orgasmo por parte de la mujer. Pero quizá lo más interesante es que el tamaño importa, pero el femenino. Unos labios menores (fiir) grandes son un importante icono cultural. Las mujeres también basan su belleza en el vello púbico: cuanto más abundante y oscuro sea, mejor.