Los efectos dependerán de múltiples variables, que incluyen desde la forma y presentación hasta la persona que lo receta y el ambiente en que se administra. Después de incontables investigaciones y estudios, conocemos con considerable precisión qué placebos funcionan mejor en cada caso.
Se ha demostrado científicamente que decirle al paciente: “Esto le va a quitar el dolor” funciona mejor que decir: “Esto podría ayudarle”.
Si el remedio es caro o difícil de conseguir, mayor efecto placebo posee.
Una píldora cada 4 horas funciona mejor que una cada 8 horas.
El color azul demuestra mejores resultados para estrés e insomnio; el rojo funciona mejor contra el dolor.
Un placebo administrado en cápsulas funciona mejor que en pastillas.
La acupuntura placebo funciona mejor que las cápsulas.
Las inyecciones de placebo funcionan mejor que las píldoras placebo.
La cirugía placebo es más eficaz que las inyecciones placebo.