Se avisa que el contenido de esta galería no es apto para todos los públicos.

Las imágenes elegidas son bastante inocuas, ya que esta es una revista familiar y aquí no queremos provocarle un patatús a nadie.

Pero las películas comentadas no son recomendables para gente fácilmente impresionable.

Asi que procuren no leerla.

En fiin, para que les voy a engañar.

Léanla, por favor. Que si no alcanzo las mil visitas como mínimo mis jefes me riñen.

Y yo ya no estoy para llevarme disgustos.

Dans ma peau (2002)

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Viendo esta película dirigida y protagonizada por la bailarina francesa Marina de Van, tuve la sensación de que este fue el filme que inspiró la famosa Cisne negro. Y es que los puntos de contacto entre ambas películas son evidentes. Dans ma peau cuenta la historia de una bailarina que tras herirse accidentalmente en una fiesta, encuentra el placer y el sentido de su vida a través de la automutilación y el autocanibalismo. Suena estomagante pero hay que decir que los momentos más crudos del filme se muestran en off (casi todos), pero aún así el horror y el dolor de lo que se intuye llega a ser realmente turbador. La película es un extraño poema dedicado a la mautomasacre como método de superación vital. En el plano teorico la cosa puede sonar apetecible pero, sinceramente, les aconsejo que no traten de llevarlo a cabo en sus casas.

Ichi the killer (2001)

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¿Podemos decir que esta es la película más salvaje de todos los tiempos? Pues hombre, una afirmación tan categórica no deja de ser cuando menos arriesgada. Pero por ahí se anda… Su director es Takashi Miike, el chico terrible del cine japones. Un cineasta con serios problemas de salud mental, no es que lo diga yo, es que así se lo han diagnosticaod los médicos que le tratan), con una imaginación totalmente perversa, y con una capacidad de trabajo asombrosa, ya que ha sido capaz de rodar catorce películas en un mismo año. Lo cierto es que casi cualquier película de Miike podría figurar en esta galería, pero ichi es especial. Su argumento, narra la historia de la lucha de un sádico asesino a sueldo contra una banda de yakuzas. pero lo que podría ser un trhiller tradicional se convierte en un festival de horrores sin parangón. Es difícil imaginar salvajada alguna que no aparezca reflejada en este filme. Aunque lo cierto es que la sucesión de atrocidades acaba resultando casi cómica. de todas formas, si se deciden a verla, háganlo en ayunas, no sea que vayan poner perdido el salón de casa vomitando la merienda.

Los hombres detrás del sol (1988)

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Hace falta tener estómago y ganas de ver algo realmente desagradable para asomarse hasta esta película producida y rodada en Hong Kong. Originalmente, la idea era hacer un documental sobre las atrocidades cometidas por los japoneses en la ciudad china de Nanking, pero como no se recibió autorización para acceder a las imágenes documentales que se conservaban de aquellos terribles sucesos, el director Tu Fei Mou decidió recrearlos él mismo. Y lo hizo a lo bruto, para que negarlo. El filme es un festín de atrocidades que incluye lindezas como una autopsia en vivo, una mujer a la que le congelan los brazos y a continuación se los introducen en agua hirviendo para acabar arrancándole la piel y la carne como si fueran las capas de una cebolla… Aunque la escena más recordada es aquella en la que los japoneses arrojan a un gato a un foso lleno de ratas. Aquí no hay trampa ni cartón, ya que usaron un felino de verdad al que se ve como se le eriza el vello de pánico mientras las ratas empiezan a comérselo vivo. En España se estrenó sin problemas, aunque pasó sin pena ni gloria por las carteleras. Pero en Australia y Japón se prohibió terminamentemente su exhibición. El director llegó incluso a recibir amenazas de muerte. Él siempre ha afirmado que solo pretendía hacer un filme historicamente educativo. Muchos, lo dudan. Lo cierto, es que sobre los mismos sucesos se estrenó el año pasado otra película, Ciudad de vida o muerte, mucho menos morbosa y realmente memorable.

Pink flamingos (1972)

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El filme más emblemático  de John Waters, y una auténtica revivindicación del feísmo, de lo hortera y del mal gusto, como fuente de placer ¿antiestético? Un filme que además ha influido en cineastas tan importantes como Pedro Almodóvar. Lo cierto es que las peripecias del travesti Divine son tan hilarantes como repulsivas, destacando especialmente el momento en el que el protagonista se come (de verdad) una caca de perro. Eso es cinema verité y el resto son tonterías.

Salo o los 120 días de Sodoma (1976)

El filme póstumo de Pier Paolo Pasolini, quien fue asesinado sin llegar a verlo estrenado. La película es una adaptación libre de una obra del Marqués de Sade, en la que un grupo de mandatarios del fascismo italiano se encierran en una mansión con varias docenas de adolescentes a los que someten a todo tipo de vejaciones. Dividida en círculos (como el infierno de Dante), el viaje a través del Círculo de la carne, el de la mierda y el de la sangre, es un trayecto sin parada ni freno a lo más bajo de la depravación humana. No hay perversión imaginable que no aparezca en esta película. Curiosamente, la muerte de Franco propició que tan polémico filme fuera elegido para inaugurar el Festival de Cine de Valencia. Había programados tres pases. Los que la vieron en la primera sesión salieron impresionados y conmocionados. Pero los que tenían entradas para la segunda se quedaron con las ganas, ya que un repetino e inesperado mandamiento judicial ordenó el secuestro de la cinta, iniciandose así un proceso por obscenidad. Faltaban, por tanto, unos años para que la película pudiera por fin verse en nuestro país sin problemas.

Sweet movie (1975)

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Esta cinta del serbio Dusan Makavejec es de las que lo tienen todo para ofender a cualquier persona, sea cual sea su inclinación ideológica. La película arranca con la celebración de un con curso de belleza, Miss Virgen. La ganadora es obligada a casarse con el magnate de La leche, un tipo morboso y dotado de un miembro  deforme y monstruoso que provoca el pánico de la novia en su noche de bodas. Repudiada por su marido, la chica llega a París, donde entra en una comuna en la que descubre su verdadero yo mediante actos escatológicos… Luego, se convierte en estrella y participa en un anuncio en el que se masturba mientras se baña en chocolate líquido… ¿Seguimos? Para qué ¿verdad? Basta decir que este festín de actos (algunos de ellos no simulados) sexuales, y cropofílicos (hay una secuencia en la que los miembros de la comuna entonan el Himno de la Alegría mientras comen platos llenos de heces) no gustó a casi nadie en su momento. Al directo, Makavejec, lo expulsaron como castigo de su nación, por entonces aún llamada Yugoslavia, y la película solo logró estrenarse en Tokio y en París, donde irritó tanto al público conservador como a la extrema izquierda (la inclusión de unas imágenes documentales de los polacos masacrados por Stalin en Katyn hizo que el Partido Comunista francés acusara a Makavejec de traidor). A día de hoy, el filme sigue siendo inencontrable en muchos lugares y en España no pudo verse hasta que TVE lo emitió en un mítico pase madrugada en el año 2003.

Trouble every day (2001)

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Si a uno le invitan a ver una película francesa, dirigida por una cineasta con fama de intelectual (Claire Denis) y que se titula Problemas cada día, pues a lo mejor se anima. Pero si le dicen que la misma película se titula Sangre caníbal, a lo mejor se lo piensa dos veces. Y lo cierto es que el segundo título (que es el que recibió la película en Latinoamérica) es más tremendista, pero también más revelador de lo que realmente es el filme. Trouble every day es la historia de un científico americano (Vicent Gallo) que viaja a París de luna de miel con su bella esposa. El problema es que no puede tocarla, y mucho menos, hacer el amor con ella. Años atrás se sometió a un experimento científico para probar una nueva droga que le transformó en una especie de vampiro antropófago, de forma que cada vez que se excita sexualmente, siente una insaciable sed de sangre humana. Por tanto el objetivo del viaje es encontrar al director de aquel experimento (cuya esposa, interpretada por la bellísima Beatrice Dalle, sufre el mismo mal), para tratar de encontrar una posible cura. La película mezcla el cine de autor con el gore más desatado. Concentrando, eso sí, toda la brutalidad en dos secuencias de una violencia realmente insoportable. Aviso que una de ellas interpreta la expresión «comida de…» en su sentido más literal. Avisados quedan.