El primer ataque

Los kamikaze nacieron oficalmente el 19 de octubre de 1944. Los estadounidenses habían tomado ya el control de la guerra y el almirante nipón Takijiro Onishi llegó a Filipinas con la orden de crear una unidad de pilotos suicidas que causaran el mayor daño posible al enemigo. El primer ataque se produjo el 25 de ese mes. Cinco cazas japoneses se estrellaron contra la flota norteamericana, hundiendo un portaviones y dejando otro tocado.

Una lectura incorrecta

El uso de la palabra kamikaze no es realmente correcto, ya que se debe a una confusión de los traductores estadounidenses, durante la II Guerra Mundial. Los kanjis japoneses pueden tener varias lecturas, y en este caso, los norteamericanos usaron la correspondiente a Kamikaze, cuando la correcta hubiera sido Shinpu. De hecho, en Japón a estas unidades de pilotos suicidas se las llamaba Shinpū tokubetsu kōgeki tai, que quiere decir Unidad Especial de Ataque Shinpü.

Viento divino

Eso es exactamente lo que significa traducida al castellano la palabra Kamikaze o Shinpu (que como ya hemos dicho, sería su lectura correcta). Hace referencia a la tempestad que hundió la flota del emperador mongol Kublai Khan cuando en el siglo XVIII trató de invadir el Japón. Los barcos invasores fueron tragados por el mar.

La última misión

Se produjo el 15 de agosto de 1945, más de una semana después del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. Corría el rumor entre las tropas japonesas de que esa noche el emperador iba a anunciar oficialmente la rendición. Once pilotos tomaron la decisión de lanzar su último ataque contra la flota estadounidense. Cuatro de ellos sobrevivieron ya que sus aviones, sin combustible, no pudieron despegar. El almirante Onishi, fundador de la unidad, se degolló esa misma madrugada.

Un cuidado ritual

Los pilotos suicidas llevaban a cabo un cuidadoso ritual antes de iniciar su mortífera misión. Se les entregaba una pistola y una katana, y se les daba a beber una copa de sake. Los pilotos usaban además una senninbari o «cinta de mil puntadas» tejida por mil mujeres (quienes hacían una puntada cada una) y que se anudaban en la frente. Y antes de despegar, ecitaban un poema fúnebre compuesto por ellos mismos; una tradición que también realizaban los samurais antes de hacerse el sepukku.

¡Tocado!

Impresionante imagen del impacto del primero de los dos kamikazes que se estrellaron contra el portaviones USS Bunker Hill, el 11 de mayo de 1945, en aguas de Filipinas. El fin de la guerra ya estaba cerca y los ataques suicidas japoneses como este se incrementaron en esas fechas. En esta ocasión, causaron más de trescientos muertos a los norteamericanos.