Una moda femenina

Durante el siglo XIX, ir a la playa era un rito reservado a los enfermos, ya que los baños marinos se consideraban terapéuticos. Pero con la llegada del siglo XX fueron las mujeres (como estas alegres bañistas inglesas de 1909) las primeras en descubrir las posibilidades del mar como lugar de ocio, en el que podían relajarse y liberarse de la tiranía de los vestidos y los corsés de la época.

El antepasado del ‘chulopiscinas’

Los bañadores tipo body que usaban los varones desaparecieron antes de la II Guerra Mundial. Y en la década de 1950, el auge de las piscinas públicas y privadas favoreció la aparición de nuevos diseños elásticos y deportivos, como el de este bañista de Florida a punto de saltar del trampolín, en 1952. ¿Caería en plancha?

Pon la trompa a remojar

Hoy, en algunas playas ni se permiten perros. Pero en 1937, en la de Ramsdale, Inglaterra, era posible encontrarse incluso a estos dos elefantes promocionando el espectáculo de un circo local.

Vestuarios andantes

El último grito en la moda playera de 1920 fue la skreenette, una especie de saco con estructura tubular en cuyo interior las mujeres se quitaban el bañador y se cambiaban de ropa sin temer miradas indiscretas.

El retratista de la Belle Époque

El fotógrafo Henri Roger-Viollet nos legó algunas de las instantáneas que mejor ilustran cómo fue el cambio de siglo en Francia. Aquí le vemos en la playa inmortalizando a los bañistas en la década de 1920.

Antes de la operación bikini

En 1907, los bañadores femeninos (como los que lucen estas chicas británicas) incluían mangas y medias. Ese mismo año, la australiana Anne Kellerman fue arrestada al pasearse por Londres con uno de estos trajes, pero sin medias: reclamaba el derecho a usar un bañador de una pieza y que fuera cómodo.

La ley de la costa

La figura del inspector de baño en las playas inglesas era una mezcla de salvavidas y guardián que velaba para que nadie ensuciara la arena. En la foto vemos al vigilante de la playa de Sussex en el verano de 1935 transportando con poca delicadeza a una joven veraneante.

Deportes acuáticos

Antes de la II Guerra Mundial surgieron en EEUU los aquamóviles, curiosos ingenios sobre los que se cabalgaba en una especie de primitivo esquí acuático. Aquí, una intrépida voluntaria con uno de estos modelos en San Diego.

El primer bañador de una pieza nació en 1930

Era de lana y mojado pesaba 30 kilos. Hubo que esperar hasta la década de 1940 para que aparecieran diseños más cómodos y ligeros, como este que luce la modelo Claire Fortsyn.

Caballitos de mar

Los bañistas de principios del siglo XX eran vergonzosos. Tal y como muestra esta foto tomada en la costa del sur de Francia en 1907, se acercaban a la orilla del mar en el interior de casetas de madera con ruedas y tiradas por caballos. Desde ellas se introducían pudorosamente en el mar, a salvo de la curiosidad del resto de veraneantes.