Chang (1927)

Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack han pasado a la posteridad por ser los creadores de King Kong. Pero varios años antes de rodar aquella joya del cine se conocieron en la jungla de Sumatra. Cooper trataba de filmar imágenes  de la fauna y Schoedsack, cazador y explorador, le salvó con un certero disparo de ser devorado por un cocodrilo.

A partir de entonces se convirtieron en socios y, llevados por su pasión aventurera, filmaron una serie de películas que son consideradas el germen del actual cine documental.

La más célebre fue Chang, donde mezclando ficción y realidad contaron la vida cotidiana de una familia de campesinos de Malasia. Las imágenes de la caza de un tigre, el ataque de una manada de elefantes enfurecidos a una aldea, y las ingeniosas estrategias que los indígenas desarrollan para atrapar a los paquidermos, han quedado en los anales del mejor cine.

Por cierto, el simio que hace de mascota de la familia protagonista es un actorazo digno de un Oscar.

Agua azul, muerte blanca (1971)

El exitazo del Tiburón de Steven Spielberg en 1975 motivó que se estrenara en los cines este soberbio documental rodado unos pocos años antes. En su momento estuvo considerado como el no va más en lo que respecta a filmaciones de tiburones blancos. Puede que el tiempo transcurrido le haya perjudicado un poco, pero estoy convencido de que imágenes como la de un grupo de escualos devorando a una ballena, seguirán resultando impresionantes.

Grass (1925)

La otra gran joya documental de la pareja formada por Cooper y Schoedsack es esta cinta que narra la épica migración masiva de los bakhtiari, una tribu del actual Irán. El trayecto a través de las montañas nevadas, la caza de un toro salvaje, la lucha con unos bandidos… constituyen algunos episodios de esta cinta en la que, al igual que Chang, el realismo estricto se entremecla con sucesos ficticios o reconstruídos. De cualquier forma, la fuerza y la belleza de sus imágenes es innegable.

Mondo cane (1962)

Retitulada en España Este perro mundo, esta cinta de Gualtiero Jacopetti supuso una revolución en los cines de todo el mundo. Se trata de un documental escabrosos y sensacionalista que pretende recrear algunas de las costumbres más extrañas o extremas del planeta. Desde las tormentos que sufren los penitentes de Semana Santa en un pueblo tialiano, hasta una tribu de Guinea en las que las mujeres dan de mamar a las crías de los cerdos, pasando por una operación de cambio de sexo en Hong Kong.

El clamoroso éxito de la cinta hizo que en años posteriores surgieran numerosas imitaciones, cada una de las cuales era más truculenta y sórdida que la anterior, dando lugar al nacimiento de un subgénero que ha sido bautizado como cine mondo.

Como curiosidad, resaltar su hermosa banda sonora. El bellísimo tema central de Ritz Ortolani, una delicada balada titulada More que contrasta con la crudeza de las imágenes y ha pasado a la historia. ¿Verdad que les suena?

La sangre de las bestias (1949)

El francés Georges Franjú fue uno de los maestros del cine fantástico europeo, con películas tan míticas como Ojos sin rostro o Judex. Pero el cineasta debutó con este impresionante documental, centrado en la actividad cotidiana de un matadero de París. La cinta es realmente impresionante, por como detalla el modo de sacrificar a los animales. El peculiar montaje y los ángulos de cámara adoptados confieren una atmósfera cercana al surrealismo y hacen que el filme parezca una especie de pesadilla. Franjú relató que su intención era hacer una metáfora de la matanza que había supuesto la II Guerra Mundial.

Nanuk el esquimal (1922)

El primer documental célebre de todos los tiempos. El genial Robert Flaherty se jugó su dinero en un proyecto en el que nadie creía: viajar a la Bahía de Hudson para filmar la vida cotidiana de una familia de inuits.

Flaherty fue lo más escrupuloso posible a la hora de respetar la realidad de los acontecimientos, aunque no tuvo más remedio que recrear algunos para poder captarlos con su cámara. Las escenas de la caza de focas son auténticas pero, en cambio,  la lucha con un oso, es una reconstrucción. Igualmente aunque el director grabó como Nanuk y su familia construyen un inglú, tuvo que fabricar otro falso, partido por la mitad, en el interior de un almacen para poder meter la cámara y recrear como era la vida en el interior de una de esas casas de hielo.

La película fue un inesperado éxito comercial, y en años posteriores, Flahery rodaría otras obras maestras como Hombres de Arán, documental sobre las duras condiciones de vida de los pescadores irlandeses, y Tabú, una historia de amor trágico y superstición en la Polinesia.

Workingman´s death (2005)

Un documental realmente escalofriante, que nos muestra algunos de los peores lugares para trabajar en este mundo. Todos sus segmentos son impresionantes pero, personalmente me quedo con dos: el que trata sobre un cementario para desguazar barcos en Bangladesh, y el que retrata un insalubre matadero de reses en Nigeria (con unas imágenes en las que resuenan los ecos de la cinta de Franjú).