Coches deportivos, trenes, tostadoras… Es difícil no encontrar en nuestro entorno cotidiano algo que no lleve la marca de Raymond Loewy. Considerado como el padre del diseño contemporáneo, este creativo estadounidense, aunque de origen francés, contribuyó a dar forma al mundo tal y como lo conocemos, logrando que los objetos más funcionales fueran también bellos y elegantes. La obra de Loewy es casi inagotable y su figura poliédrica, por eso Seagram’s Gin le ha elegido como uno de los protagonistas del proyecto American portraits, un fabuloso ciclo de documentales dedicado a algunos de los más grandes talentos de la década de 1950. Looking back to the future es el título de la cinta dedicada a Raymond Loewy, y puede verse en la plataforma fillmin.es/ap

Además de la cinta dedicada a Loewy, el ciclo de documentales del proyecto American Portraits de  Seagram’s Gin se completa con Eames: The architect and the painter, Diana Vreeland, La mirada educada y Frank Lloyd Wright. A través de estas películas, Seagram’s Gin nos invita a conocer las aportaciones creativas de estos cuatro genios, y a reflexionar sobre cómo sus creaciones han reformulado el mundo en que vivimos, dándole una nueva forma a través de disciplinas como el diseño o la arquitectura.

En los meses de noviembre y diciembre el ciclo se proyectará en la sala Borau de Cineteca, en Madrid (más información sobre el proyecto en la propia web de Seagram’s Gin: seagramsgin.es/ap):
Noviembre
Jueves 20, a las 20:00 h: Eames: El arquitecto y la pintora
Viernes 21, a las 20:30 h: Diana Vreeland, la mirada educada
Sábado 22, a las 20:00 h: Frank Lloyd Wright
Domingo 23, a las 20:00 h: Raymond Loewy: Looking back to the future
Diciembre
Jueves 18, a las 20:00 h: Eames: El arquitecto y la pintora
Viernes 19, a las 20:00 h: Diana Vreeland, la mirada educada
Sábado 20, a las 20:00 h: Frank Lloyd Wright
Domingo 21, a las 20:00 h: Raymond Loewy: Looking back to the future

El hombre más influyente de 1990

El primer diseño de Raymond Loewy fue un avión de juguete con el que ya ganó el primero de los numerosos y merecidos galardones que recibiría a lo largo de su carrera. Aquel fue el inicio de una fructífera treayectoria que le llevó a convertirse en una de las personalidades más influyentes del siglo XX, tal y como le calificó la revista Time en 1990. También publicó su autobiografía, titulada Nunca dejé las cosas como estaban. Y así fue.

La chispa de la vida

La América de los años 50 no sería lo mismo sin las máquinas expendedoras de Coca-Cola en los bares y hamburgueserías. Loewy fue el padre de este icono típicamente estadounidense, inspirado en los tradicionales grifos de cerveza, e inmortalizado posteriormente en numerosas películas y en algunos grabados de Norman Rockwell.

La hora del té

No solo el mundo industrial y publicitario se beneficiaron del talento de Raymond Loewy. El creador dejó también su inconfundible huella en el menaje del hogar, diseñando piezas de porcelana como esta tetera.

Para afilar lápices con mucho estilo

Bocetos de Loewy para su diseño de un modelo de sacapuntas. Esta creación resume a la perfección la concepción de diseño industrial que dominaba en Estados Unidos, un movimiento que se llamó Styling, y del que Raymond fue su cabeza más visible. Las formas aerodinámicas de este sacapuntas evocan valores de la modernidad, en un objeto que no tiene nada que ver con ello ni por su naturaleza, ni por su función. Mejora la estética del objeto, pero sin alterar su función, y lo hace agregándole valores seductores como el dinamismo.

Elegancia sobre railes

En los años 30, las locomotoras a vapor de Estados Unidos se distinguían por su gran tamaño y elevado peso, y por su enorme potencia, aunque su apariencia no resultaba muy estética. Fue la compañía de ferrocarriles de Pensylvania la que le encargó a Loewy que modernizara la imagen de una de sus locomotoras más emblemáticas, la de la clase K4. El resultado fue una máquina de formas redondeadas, limpias y elegantes, que marcó un hito en el diseño ferroviario mundial.

El tiempo entre costuras

En 1968, Loewy ganó varios premios internacionales por su diseño para un modelo de máquina de coser compacta de la marca Elna Lotus. La creación resultante era más estilizada, ligera y fácil de manejar que todas las que existían en el mercado. Este modelo se conserva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

El horno de Marilyn Monroe

Le Creuset es la marca de hornos francesa por excelencia. En 1958, la compañía encargó a Raymond Loewy el diseño de un modelo que recibió el nombre de La Coquelle. Por primera vez, los hornos caseros fueron elegantes y distinguidos además de funcionales. Y hasta Marilyn Monroe cocinaba en uno de ellos.

Estrella de la publicidad

Raymond Loewy no solo cambió el mundo de la publicidad en los años 50, sino que además él mismo se convirtió en estrella usada como reclamo en anuncios de productos de lujo. Loewy nunca diseñó un Rolex, pero prestó su imagen para ayudar a venderlo en este anuncio de prensa en el que le vemos junto al empresario J. S. inskip.

Elegancia sobre ruedas

El Hupmobile fue un modelo de automóvil que nació en 1908 y se hizo muy popular  en los inicios del siglo XX. En 1932, Raymond Loewy lo rediseñó reduciendo parte de su volumen y haciéndolo más ligero y estilizado. Dos años después, en 1934, perfeccionó el modelo con una innovación que entonces era revolucionaria y que se convertiría en un clásico: integrar los faros en la carrocería del vehículo.

El logo de tabaco más emblemático

El paquete de la marca de cigarrillos Lucky Strike fue el principal diseño en el campo de la publicidad. Fue en 1940 cuando dicha compañía le encargó la complicada tarea de rediseñar su imagen. Lo que Loewy hizo fue modificar el logo, cambiando el color verde por el rojo. Además, lo situó en las dos partes del paquete, de forma que la marca estaba siempre visible. El resultado fue espectacular y Lucky duplicó sus ventas con este sencillo cambio de imagen. Aquí vemos un anuncio para prensa de la época, protagonizado por el gran actor británico Rex Harrison, el inolvidable protagonista masculino de My fair lady.

Una ventana para mirar el espacio

El talento de Loewy llegó incluso hasta el espacio. Cuando la NASA le encargó el proyecto de diseñar el interior de la cápsula Skylab (la primera estación espacial, que estuvo en órbita desde 1973 a 1979) nuestro hombre tenía ya 70 años. Pese a ello, se enfundó en el traje espacial presurizado para ser lanzado a gravedad cero y sentir en carne propia la experiencia de un astronauta. Loewy persuadió a los ingenieros de la necesidad de un ojo de buey en la cápsula. La NASA se negó en principio debido a razones técnicas del fuselaje, pero ante la insistencia del diseñador, finalmente aceptaron su propuesta. 

Una botella que ha hecho historia

Entre los numerosos objetos que Loewy diseñó para Coca-Cola figura su característica botella, curvada y ergonómica. Fue en 1954 cuando el diseñador «adelgazó» el envase de esta popular bebida refrescante, para darle un aspecto más elegante y estilizado, haciéndo, al mismo tiempo, que la botella resultara perfecta para ser agarrada con una mano.