Breve historia del vibrador

Uno de los primeros vibradores comerciales tenía potencia, pero también hacia un ruido poco placentero. Se decía que había sido ideado, en teoría, para fomentar la circulación sanguínea, y funcionaba a manivela.

Este, con un diseño bastante simple, aseguraba aplicar frío en la zona afectada. De ahí el iceberg y los osos polares de su embalaje. Traía instrucciones en inglés, francés y español.

Nuestras abuelas utilizaban el rodillo para hacer pan… y a lo mejor para mucho más. Por eso, a alguien se le ocurrió simular su forma en un vibrador.

Su uso para tratamientos de belleza, como el masaje facial y de cuero cabelludo, trajo modelos más pequeños y realizados en aluminio.

Este aparato eléctrico es algo así como el bisabuelo de los cepillos que aumentan los efectos de productos cosméticos tan de moda en la actualidad.

A principios de la década de 1940, los vibradores se comercializaban cada vez más para ayudar en la pérdida de peso. Son, en realidad, los precursores de las plataformas vibratorias actuales.

Este modelo venía dotado de unas cintas que permitían acoplarlo a casi cualquier zona del cuerpo. Es uno de los primeros modelos vendidos como ideal para adelgazar.

Muy parecido al Hollywood Vibratone, su tamaño le permitía el acceso a zonas más pequeñas y recónditas.

Diseñado en 1930 y con pocos cambios posteriores, este masajeador sueco se usaba en las peluquerías para estimular el cuero cabelludo después de un corte de pelo.

Se trata de la primera versión de uno de los vibradores más populares. El actual se parece mucho, pero incluye accesorios con formas más dirigidas a aumentar el placer.