Fotografiar un monumento desde la perspectiva adecuada y con la iluminación ideal, es esencial para lograr captar su auténtico esplendor. Porque, a veces, basta con variar un poco el encuadre para tener la sensación de que en realidad «aquello no es para tanto». Y las imágenes que aquí publicamos lo demuestran de forma evidente.
¿Las maravillas del mundo son tan bonitas cómo parecen?
