Parece que estos paisajes hubieran sido coloreados artificialmente, pero en realidad son así. Te invitamos a un recorrido por algunos de los lugares más alucinantemente bellos de nuestro planeta.

El géiser Fly

En 1916, un equipo de prospección en el desierto de Nevada. La encontraron, pero se trataba de un manantial de aguas termales cuya temperatura alcanzaba los 200 º centígrados. Los operarios taparon el lugar en el que habían perforado pero, lo hicieron tan mal, que en los años posteriores el agua acabó brotando formando este espectacular géiser. Además, los sedimentos de carbonato cálcico del manantial han pintado las rocas mejor de lo que lo haría cualquier artista.

La Gran Fuente Prismática

Un lago que aprece un arco iris y que se encuentra en el Parque Yellowstone, en Wyoming. Es la tercera fuente de aguas termales más grande del mundo, y sus peculaires colores se deben a las bacterias pigmentadas que abundan en su orilla.

Dallol

Uno de los puntos más calurosos del planeta, situado en Etiopía. Fue un antiguo asentamiento minero que, al ser abandonado, dejó el lugar plagado de agujeros. La mezcla entre los restos de oso productos químicos usados en la mina y de las sustancias orgánicas expulsadas por el volcán, ha dado como resultado este singular paisaje de color amarillento.

El volcán Kelimutu

Situado en la isla de Flores, en Indonesia. Es un lugar asombroso en el que han surgido tres lagos cuya principal característica es que cambian de color. Los científicos dicen que se debe a la mezcla de vapores y de gases que emergen de su interior a altas temperaturas, causando reacciones químicas que producen cambios en la oxidación de los elementos presentes en el agua.

Lago Natron

Un lago de agua salada sin salida al mar, situado en Tanzania. Las leyendas dicen que sus aguas tienen la propiedad de petrificar a los animales. En realidad, lo que ocurre es que están rebosantes de carbonato sódico, un compuesto químico que proviene de un volcán cercano.

La Ola

Es el nombre que recibe esta peculiar formación del desierto de Arizona, que destaca por sus formas onduladas a modo de olas de color anaranjado. Originariamente era un conjunto de dunas de arena que, con el paso de los siglos, se transformaron en roca sólida. La erosión del viento hizo el resto.

El parque Higashimokoto

En 1956, alguien sembró en este lugar el contenido de una caja llena de semillas de una flor llamada Shibazakura. Fue así como nació este hermoso parque japonés, en el que millares de flores rosáceas florecen cada verano, cubriendo el paisaje por completo. Además, quienes lo han visitado aseguran que su dulce olor es el complemento perfecto para el maravilloso espectáculo visual.