Ni quito ni pongo rey

Esta frase suele emplearse para expresar la voluntad de no tomar partido en un determinado conflicto.

 

La expresión original se atribuye a Bertrand Duguesclin, un militar francés que tomó partido en la guerra civil que enfrentó en Castilla a enrique de Trastamara con Pedro I.

 

Según la leyenda, ambos contendientes se enfrentaban cuerpo a cuerpo, y pedro I logró derribar a Enrique, y se colocó sobre él para ensartarle con su espada. Fue entonces cuando Duguesclin, que luchaba en el bando de Trastamara, supuestamente dijo: «Ni quito ni pongo rey… pero ayudo a mi señor».

 

Acto seguido, derribó de un golpe a Pedro I, permitiendo que Enrique se incorporara y acabara con la vida de su rival.

 

 

 

Trampa saducea

Los saduceos eran como llamaban los antiguos hebreros a los descendientes de Sadoq, el Sumo Sacerdote de los tiempos de Salomón. Se les consideraba personas justas y grandes conocedores de La Palabra de Dios.

La expresión trampa saducea proviene de un episodio relatado en los Evangelios, en el que un grupo de ellos trató de acosar a jesús con preguntas capciosas y realizadas con malicia

Victoria pírrica

Pirro fue el rey de Epiro, una antigua provincia helena, que se enfrentó a los romanos en la batalla de Asculum, en el año 279 adC. Derrotó a sus enemigos, aunque según según algunas fuentes, mientras los romanos perdieron unos siete mil hombres, Pirro perdió casi cinco mil. La leyenda dice que ante aquel resultado, el monarca dijo la siguiente frase. «Otra victoria como ésta y estará todo perdido».

 

Desde entonces, la frase victoria pírrica se utiliza para referirse a un triunfo que conlleva pagar un precio demasiado alto.

 

 

 

 

Rollos macabeos

La expresión se refiere a El Libro de los Macabeos, uno de los volúmenes que componen el Antiguo testamento, y que está redactado según los expertos de forma prolija, y con un estilo retórico y recargado. Por ese motivo, se utiliza para referirse a todo aquello que resulta pesado y farragoso.