Siempre ha estado en entredicho si se cumple el objetivo de ahorro energético del cambio horario. Tal vez ahora cada país pueda decidir quedarse en uno de ellos. Pero, ¿cuál es mejor?
Texto de @MarGomez. Doctora en Físicas. Responsable del área de meteorología de @eltiempoes
Desde hace años todos los estados de la Unión Europea realizamos dos cambios horarios, uno adelantando la hora el último domingo de marzo y otro, atrasándola el último de octubre. Algo que, en teoría, pretende favorecer el ahorro energético. Sin embargo, esto último siempre ha estado en entredicho y es ahora cuando, gracias al clamor popular, puede que nos quedemos en uno u otro horario según elija cada país de la Unión Europea. Estas son las características que nos trae cada uno de ellos.
Mantener el horario de invierno (GMT+1)
El horario central europeo o la hora del meridiano de Greenwich (GMT) es un estándar de tiempo que en sus orígenes se refería al tiempo solar medio tomado como referencia en el observatorio de Greenwich, el primer meridiano.
En España durante el invierno tenemos un horario GMT+ una hora adicional. Si se decidiese mantener este horario contaríamos con una serie de ventajas según indican en el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia. Entre ellas destacan que al salir el sol una hora antes desde marzo hasta octubre, nuestro despertar sería más natural. Además, estaríamos más cerca de nuestra hora solar natural y podríamos dormir más tiempo, evitando alterar nuestros ciclos de sueño y alimentación.
El principal inconveniente sería la pérdida de una hora por la tarde en los meses de más horas de sol.
Mantener el horario de verano (GMT+2)
En los meses estivales nuestro horario pasa a ser GMT+ dos horas. Si se mantuviese así todo el año tendríamos más horas de luz por las tardes desde octubre a marzo, lo que permitiría tener más actividades a la hora de acabar la jornada laboral. El principal problema que plantea es que se retrasaría la salida del sol en esos meses y habría lugares, como Galicia, en los que no amanecería hasta las diez de la mañana. Además, las horas de sueño serían menores al retrasar la hora de acostarnos, como ocurre actualmente en los meses de verano.
Pero ¿y el cambio de nuestro huso horario?
Ese es otro tema. Actualmente España tiene un huso horario que no le corresponde. Hace años y por decisiones políticas se decidió adoptar el horario de Alemania y no el de Portugal o Londres, que sería el que nos correspondería por localización geográfica. Este tema no es el que se debate en Europa, pero si volviéramos a nuestro huso horario, con el que contábamos antes de 1940 podríamos beneficiarnos de más horas de descanso y el despertar sería más natural ya que estaríamos más cerca de nuestra hora solar.