Solución al dilema Mi amigo fiel
Robbie, por la Primera Ley, debe salvar la vida de cualquier humano antes que la suya. Aun sin alma, resulta menos peligroso que nos­otros. Este cuento es una parábola en la que Asimov declara una de sus tesis vitales: que no es necesario el concepto de alma para definir qué es humano.

Solución al dilema Desobediencia ciega
El dilema atañe a las tres leyes. Speedy detecta peligro, y se aleja (3ª Ley: protegerse). Pero le han ordenado ir allí (2ª Ley, obedecer). Sólo salvar la vida de un humano (1ª Ley) le hace volver. Asimov utiliza la historia como metáfora para afirmar que, a pesar de disponer de alternativas, los humanos tenemos unas prioridades que limitan nuestra posibilidad de elección. No somos libres.

Solución al dilema Profeta de metal
Sí; sus creencias no pueden hacer que desobedezca las tres Leyes. Se­guirá siendo igual de eficaz que cualquier robot. Asimov, ateo declarado, plan­tea que el hombre, más allá de sus dilemas metafísicos, es lo que hace día a día.

Solución al dilema Instinto asesino
No. La Primera Ley es lo único que mantiene a los hombres a salvo de los robots, máquinas más inteligentes y fuertes que ellos. El autor llama la atención sobre el peligro de modificar normas básicas del comportamiento. Por ejemplo, adiestrar a un hombre para que mate en ocasiones concretas puede volverse en contra de nosotros.

Redacción QUO