En un mundo ideal, toda la población tendría acceso a un agua incolora, inodora e insípida. Sin embargo, los datos que facilitan la Organización Mundial de la Salud (OMS) son contundentes: alrededor de 780 millones de personas no tienen acceso a agua potable limpia y cerca de 3,4 millones mueren cada año por enfermedades (como la cólera o la hepatitis) relacionadas con el agua.

Con el noble propósito de remediar esta situación, Jeremy Nussbaumer, un estudiante de la Universidad ETH Zúrich, se planteó la creación de un sistema para purificar aguas contaminadas que fuese fácil de usar, barato y accesible a todos los bolsillos.

Durante la investigación, dirigida por Wendelin Stark, jefe del Laboratorio de Materiales Funcionales de la universidad, el joven de 23 años de edad se pasó un año investigando un filtro de membrana con el que desarrollar un prototipo, al que bautizó con el nombre de DrinkPure.
«Lo que hace que nuestro filtro sea único es que se puede insertar en casi cualquier botella de plástico. No requiere de una bomba o un depósito, por lo que es muy fácil de usar», explica el estudiante del cantón de Aargau. «Con solo incrustar el filtro en una botella que contenga agua contaminada podrás beber directamente ella».

Con un peso inferior a los 100 gramos, DrinkPure es considerablemente más ligera que la mayoría de los filtros que hay en el mercado, y la presión del flujo es tan alta que se puede purificar hasta un litro de agua en un minuto con sólo apretar la botella con la mano. Otro de los beneficios es que la unidad es menos costosa y más fácil de fabricar que la mayoría de los filtros convencionales. Estas cualidades, dice Nussbaumer, hacen que este filtro sea ideal para proyectos de ayuda al desarrollo.

Aunque todavía no está claro si DrinkPure estará a la venta en los comercios minoristas, también es recomendable para los viajeros y excursionistas. «Con este artefacto podrías beber agua de cualquier estanque o río sin pensarlo dos veces», explica Nussbaumer.

¿Cómo funciona?
En primer lugar, un pre-filtro captura las partículas grandes, tales como la arena y los fragmentos de plantas; la segunda etapa consiste en un polvo de carbón activo (PAC) que elimina principalmente olores indeseables y contaminantes químicos; la tercera (y mas novedosa) parte del filtro es una membrana de polímero que elimina las bacterias.

Nussbaumer explica Quo lo que diferencia su producto de los de la competencia: «Tenemos una polimembrana innovadora. Gracias a ella hemos conseguido un flujo de agua muy alto a baja presión que se genera con tan solo apretar la botella. Al mismo tiempo, los tamaños de poro de la membrana son muy pequeñas (retención de partículas más grandes que 90 nm). La combinación del flujo con los pequeños tamaños de poro y el PAC son únicos. Además, el proceso permite una producción de bajo coste y más verde, ya que podemos reutilizar los productos químicos necesarios».

¿Cuál es el siguiente paso?
Para poder fabricar los suficientes filtros, el equipo busca financiar su proyecto a través del crowdfounding. Los inversores pueden apoyar el proyecto con una donación que oscile entre los 5 y los 5000 dólares. Cualquier persona puede apoyar el proyecto hasta 20 de agosto 2014 a través de este enlace. A día de hoy, llevan recaudado 24.000 dólares, aún lejos de los 40.000 que pretenden alcanzar.

Ellos usarán el dinero recaudado para comprar las herramientas y materiales que necesiten para la fabricación de los filtros. «En cuanto al dinero restante, utilizaremos un 80% para producirlos y transportarlos a África y un 20% para mejorar el producto,» dice Nussbaumer.

Esperan tener terminado el primer paquete de filtros en enero de 2015; fecha en la que se enviará el producto a los donantes y a distintos países de África a modo de prueba.

Redacción QUO