El poder de la invisibilidad ha fascinado desde siempre el hombre e inspirado las obras de muchos grandes autores y filósofos. En un estudio del Instituto Karolinska de Suecia, un equipo de neurocientíficos ha creado la ilusión de tener un cuerpo invisible, y demostrar que la sensación de invisibilidad cambia nuestra respuesta al estrés físico en situaciones sociales difíciles.
Los recientes avances en la ciencia de materiales han demostrado que la invisibilidad de objetos a gran escala, como un cuerpo humano, podría ser posible en un futuro no muy lejano; sin embargo, aún se desconoce cómo afectaría a nuestro cerebro y a la percepción del cuerpo.
En un artículo en la revista Scientific Reports, los investigadores describen el experimento al que fueron sometidos 125 voluntarios. Se trataba de ubicar dispositivos de visión en la cabeza de los participantes. Cuando estos bajaban la mirada al espacio que debía ocupar su cuerpo, allí no había nada.
Para demostrar que la ilusión funcionaba, los científicos tenían un cuchillo en la mano y hacían el movimiento de apuñalar al voluntario. Todos comenzaron a sudar, se elevó su ritmo cardíaco y aumento su respiración. Esto sugiere que el cerebro interpreta la amenaza en el espacio vacío como una amenaza dirigida hacia el propio cuerpo.
Los expertos esperan que los resultados del estudio sean de utilidad para futuras investigaciones clínicas, por ejemplo, en el desarrollo de nuevas terapias para el trastorno de ansiedad social.
“En el futuro – aclara el investigador principal Dr. Henrik Ehrsson, profesor en el Departamento de Neurociencias – se debería investigar si la sensación de invisibilidad afecta la toma de decisiones morales, para asegurar que un traje de invisibilidad no nos haga perder nuestro sentido del bien y el mal.”
Juan Scaliter