En 1991 el premio Nobel de Medicina fue otorgado a Erwin Neher y Bert Sakmann por el desarrollo de la técnica conocida como fijación de membranas o patch clamping en inglés. Esta herramienta permite el estudio individual o múltiple de canales iónicos y puede ser aplicada a una amplia variedad de células, pero es de especial interés en los estudios con neuronas. Básicamente la fijación de membranas consiste en ubicar una pipeta en una zona muy pequeña de la membrana celular. Luego se aplica una pequeña succión que impide el paso de los iones en esa zona que al no tener salida se dirigen automáticamente a la a la pipeta, que registra todos estos “movimientos”.

Es una técnica sumamente útil para estudiar neuronas individualmente pero tiene un inconveniente: cada vez que se realizaba una grabación de la actividad neuronal, debía quitarse la pipeta y limpiarla para llevar a cabo una nueva grabación, de lo contrario partes de los residuos pueden comprometer los registros. Para intentar resolver esto, Ilya Kolb, de la Universidad Tecnológica de Georgia y uno de los responsables de la investigación, diseñó un sistema robótico que permite limpiar las pipetas de modo automático y reutilizarlas hasta 11 veces sin perder la fidelidad de la señal obtenida.Se trata, según el estudio publicado en Scientific Reports, del primer robot que desempeña secuencias de fijación de membranas en cultivos de células, secciones de cerebro y en el cerebro vivo,sin intervención humana.

Conocido como patcherBot, tiene su propia cuenta de Twitter, “lo que lo convierte también en el primer robot neurocientífico presente en las redes sociales – explica Craig Forest, coautor del estudio en un comunicado –. Se trata de un paso revolucionario en las técnicas de neurociencias. Gracias a patcherBot conseguimos realizar grabaciones en 50 y hasta 100 neuronas sin necesidad de estar en el laboratorio”.

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Juan Scaliter