Habíamos oído hablar de robots de todo tipo. Sexuales, de cocina… Pero jamás habíamos imaginado que fueran a existir robots comestibles. Pues bien, ya son una realidad.
Sus creadores son investigadores del Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza. Y el fruto de su trabajo es un nanorobot gelatinoso que se asemeja a una gominola y que se arrastra como una oruga.
La idea es utilizarlo con fines médicos. Una vez equipado con cámaras, el paciente se lo tragará y así los especialistas podrán observar el interior de su organismo, sin tener que recurrir a las técnicas tradicionales, que son mucho más molestas e invasivas.
Si encima los fabrican de varios sabores, le auguramos un prometedor futuro a este invento.
Fuente: arxiv.org
Vicente Fernández López
Revelado el rostro de una hembra neandertal de 75.000 años de la cueva donde la…
Los científicos descubren rasgos cancerígenos en la aterosclerosis, lo que abre la puerta a nuevos…
Consumir cannabis puede provocar cambios en el epigenoma del cuerpo humano, según sugiere un estudio…
Las pruebas sugieren que los grandes felinos extintos con dientes de sable conservaban a sus…
La falta de datos de la industria química en la UE impide a menudo evaluar…
El cambio climático podría convertirse en el principal causante del declive de la biodiversidad a…