En la pasada edición del CES, Asus sorprendía con la presentación del Zenfone Zoom, un teléfono “normal” que incorpora un zoom óptico de tres aumentos. Con esta noticia, medios de todo el mundo aseguraban que este era el inicio de la puntilla final a las cámaras compactas, cada vez más en desuso por culpa de las que incorporan los teléfonos móviles inteligentes.

A pesar de que cada vez se hacen más fotos. Durante el año 2014, se tomaron más de 810.000 millones de imágenes, y solo durante el Mundial se enviaron 48,5 millones. Esa es la clave: la mayoría de los usuarios captan instantáneas con lo que tienen más a mano –su teléfono móvil– con la intención de compartirlas al instante. Eso sin contar con la gran variedad de aplicaciones de las que disponen para retocarlas, aplicarles filtros, etc. Por esta razón, la cámara de fotos se encuentra ya entre los primeros factores a la hora de comprarse un teléfono móvil. Cuando llega ese momento, muchos son los que valoran si merece la pena gastar más dinero en un teléfono con mejor cámara de fotos o comprarse una cámara compacta en su lugar. Pero ¿son realmente equiparables?

Solo en 2014 se tomaron más de 810.000 millones de imágenes

“Los smartphones son la cámara estándar de nivel básico que llevas a todas partes y que utilizas en los momentos espontáneos del día. Pero en las ocasiones especiales, acontecimientos familiares importantes o unas vacaciones, queremos contar con la mejor calidad de imagen”, dice Pilar Sanz, de Canon.
Y es que las cámaras de los teléfonos siguen teniendo carencias.

Calidad y nitidez
“Las más importantes son el tamaño de la óptica y el zoom. Aunque se está trabajando en hacer ópticas más pequeñas y luminosas para teléfonos, todavía es tecnológicamente imposible meter las que tiene una cámara de fotos compacta en los móviles, cada vez más finos. Y en fotografía, lo más importante es la luz. Por eso, cuanto más grande es el diámetro de la óptica, mejores fotografías en cuestión de luminosidad, detalle, profundidad, etc., obtendremos. En cuanto al zoom, la mayoría de las cámaras compactas tienen zooms ópticos de 30 o 50 aumentos, mientras que los de los móviles son mucho más pequeños y en su mayoría digitales, lo que ofrece un nivel de detalle mucho menor ”, explica Marta Ramírez, product manager de Sony.

Sensor: el tamaño importa

El tamaño de sensor que tenga la cámara es importante, sobre todo en situaciones en las que hay poca luz. En la mayoría de las cámaras compactas, al reducirse las capas entre la lente y la parte fotosensible de la cámara, estos sensores son capaces de captar más cantidad de luz, lo que les permite hacer fotos más nítidas y con más nivel de detalle con baja iluminación. La mayoría de los móviles de gama alta incluyen cámaras con sensores retroiluminados, mucho más pequeños que los de las cámaras compactas. Así, al hacer la prueba con una cámara y con un móvil, el nivel de detalles y la fidelidad a los colores reales pierde mucho con el teléfono. Para muestra, las imágenes de la derecha, realizadas con un Samsung Galaxy S5 (arriba) y con una Canon PowerShot G7 X (abajo).

Zoom digital vs. zoom óptico

Este es uno de los puntos débiles de las cámaras de los móviles, ya que la mayoría de ellos dispone de un zoom digital que lo que hace en realidad es ampliar la imagen de forma virtual, por lo que se pierde detalle. Sin embargo, parece que los fabricantes de móviles están en el camino de solucionar esto. La primera muestra de ello es el Asus Zenfone Zoom que se presentó en el CES de Las Vegas, con un zoom óptico de tres aumentos. Antes, Samsung se había atrevido con un híbrido entre cámara y smartphone, el Galaxy K Zoom, con 20 megapíxeles y dos zooms, uno digital de 20X y otro óptico de 10X. Sin embargo, este es una rara avis: la mayoría de móviles tienen un zoom digital y pequeño. Un producto interesante en esta línea es el Sony QX, un zoom óptico de 30X pensado como accesorio para smartphones.

Imágenes estables

El estabilizador de imagen es muy útil cuando lo que queremos captar son escenas nítidas con movimientos suaves. Actualmente, muy pocos teléfonos móviles lo incluyen, como los Nokia Lumia 1020 y 930, y el Sony Xperia Z3. Pero en todos los casos se trata de estabilizadores digitales, mucho menos precisos que los ópticos que llevan las cámaras compactas. Sin embargo, esto también parece que se va a solucionar, ya que hay rumores de que Samsung montará un estabilizador óptico (acompañado de una cámara de 20 Mpx) en su próximo Galaxy, el S6.  En cuanto a las cámaras compactas, un modelo con un gran estabilizador de imagen es la nueva Panasonic Lumix SZ10 que se presentó en el CES de Las Vegas. Además, tiene WiFi y podemos dispararla a distancia usando un móvil o tableta.

Filtros y retoques

Uno de los atractivos de los teléfonos móviles es la posibilidad de hacer fotos con efectos “profesionales” en un solo clic. Algo que han conseguido, gracias a las aplicaciones que incorporan filtros –Instagram e Hispamatic son dos de las más populares– y que han llevado la afición por la fotografía a límites inauditos. Para “luchar” contra esto, algunos fabricantes de cámaras incorporan estos efectos también en sus compactas, como es el caso de Canon y su PowerShot N2. Sin embargo, el número de filtros siempre es más limitado que el que tiene disponible un usuario de teléfono móvil con las miles de aplicaciones de este tipo que existen a su alcance. También ayudan las apps para retoque fotográfico, con las que se pueden hacer virguerías.

Grabación de vídeo HD

Otro uso que se está intensificando es el del móvil para hacer vídeo en alta resolución y con efectos “cañeros”, para compartir en las redes sociales. Lo último son los Time-Lapse y la cámara lenta, que han puesto de moda los nuevos iPhone 6. También hay móviles que incorporan la posibilidad de hacerlos 4K y UHD. Sin embargo, a tan alta definición, las cámaras siguen aportando más calidad. Por otra parte, también hay un mercado emergente, el de las cámaras activas, en el que por ahora las GoPro y compañía no tienen competencia en los móviles. Aunque hay marcas, como HTC, que se han descolgado con accesorios que permiten a los amantes del deporte, capturar vídeos “activos”.

El flash sí que importa

Uno de los grandes retos de hacer fotos con la cámara de un teléfono es cuando nos ponemos en la situación de tener que hacerlas a contraluz. Con un smartphone te darás cuenta de que se sobreexponen las zonas con más luz y no se capta la iluminación natural del lugar. Esto en una cámara compacta se soluciona con un flash de xenón de gran alcance. Sin embargo, los de los teléfonos inteligentes suelen ser flashes led de muy corto alcance y que “distorsionan” la luz natural. Aunque en los últimos tiempos han salido al mercado algunas propuestas de lo más variado, como el doble led del LG G3; el que combina flash y xenón del Lumia 1020; e incluso el Galaxy K Zoom, que lo tiene de xenón.

Necesidad de compartir fotos

Una de las grandes tendencias en la fotografía y que va creciendo cada día es la de compartir las fotos casi al instante en el que están siendo tomadas. En este campo, los smartphones se llevan el gato al agua, aunque cada vez más fabricantes de cámaras de fotos están intentando competir con ellos incorporando conexión WiFi y NFC que nos permita enviarlas a otro dispositivo, el móvil entre ellos, para compartirlas. También hay cámaras con conexión 3G, como la Samsung Galaxy Camera CG100, y algunos fabricantes, como Canon, tienen un servicio en la nube para acumular fotos que desde ahí podemos compartir, aunque siempre necesitaremos otro dispositivo que las lance.